No nos engañemos, que Zoolander fuera tan buena fue una sorpresa. Semejante nivel de estupidez llegaba a un punto donde la vergüenza ajena se transformaba en una buena comedia absurda. Probablemente ni siquiera Ben Stiller esperaba un éxito tan grande.

Debido a ese éxito y a una legión de seguidores que clamaban por una continuación, Ben Stiller acabó haciendo esta Zoolander 2, como digo encargo de los fans, que si bien es mejor de lo que esperaba no llega al nivel de la anterior. Zoolander 2 busca más que Zoolander, y por ello las bromas quedan algo más artificiales y menos fluidas. El brillante principio no es más que un espejismo para una película con algunos ratos aburridos.

En definitiva, Zoolander 2 es un poco lo que esperaba de la primera antes de que saltara esa barrera entre la típica comedia y una muy decente.