Película que tiene un concepto tan enrevesado como su género, una parodia de una género de comedia. Este batiburrillo de ideas da un resultado curioso pero que acaba pecando de cumplir demasiados tópicos de los cuales se ríe. Es cierto que hay muchos gag que hubieran firmado los mismos Zucker-Abrahams en el terreno de lo absurdo, pero hay otros que no hacen tanta gracia y son escandalosamente vulgares.
Sin duda alguna, lo peor de toda la película es la música, la cual cambia a cada segundo sin dejarse sonar, pisandose las canciones unas con otras constantemente y dando una sensación de caos descifrable que acabará produciendo hasta dolor de cabeza.
Aún así la película tiene sus puntos buenos, siendo una buena parodia-crítica de todas esas películas de adolescentes que poblaron durante una época los cines, que sin duda tenían menos gracia que esta, todas ellas juntas