Cuando la vi por primera vez me gustó bastante. Era por entonces una criatura de unos 11 años y disfruté con ella. Sin embargo, a día de hoy, Lobo me pareció tremendamente distinta hasta el punto de contar con algunas de las escenas más ridículas que he visto yo creo que en toda la historia del cine.

Nicholson está bien aunque se dedique a hacer de Nicholson, y Michelle Pfeiffer siempre es un valor seguro, pero cuando ambos se juntan la realidad es que no pegan nada en pantalla. Por separado sí que funcionan, y el resto del reparto también ya que cuenta con actores de la talla de James Spader o Richard Jenkins. Sin embargo, Mike Nichols nos aburre demasiado con una película demasiado larga que nunca debió superar los 90 minutos.

Valoro el esfuerzo por apostar por un cine más clásico. Mucho menos efectista de lo que uno podía hacer en 1994. Lobo es un pequeño homenaje a esas películas de los años 50 donde el monstruo acaba imponiéndose al hombre, solo que en esta ocasión a Jack no le parece importar mucho dejar atrás su lado humano. Como suele ocurrir en este tipo de películas, lo más divertido llega cuando empieza a ocurrir la transformación y cuando se empieza a experimentar con los poderes. Una vez superado eso -en la primera hora-, nos queda un desarrollo bastante convencional y sin grandes incentivos.

Entiendo que guste en general, pero se me hizo demasiado larga.