No es una película compleja, ni de gran presupuesto, ni con efectos especiales. Pero es ante todo una buena película que narra una hermosa historia con personajes con los que uno puede fácilmente identificarse y eso es lo que debe ser ante todo una película. Precisamente por todo ello, se ve con agrado y se puede volver a ver más de una vez.
La historia tiene momentos tristes, momentos divertidos y demuestra una vez más que para mantener la atención del espectador no se necesitan espectáculos de pirotécnia.
No se la pierdan. Sean o no amantes de los gatos, disfrutarán de ella todos los que amen el cine.