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Voto de Beatriz Jimenez:
9
Drama Sentaro tiene una pequeña pastelería en Tokio en la que sirve dorayakis (pastelitos rellenos de una salsa llamada "an"). Cuando una simpática anciana se ofrece a ayudarle, él accede de mala gana, pero ella le demuestra que tiene un don especial para hacer "an". Gracias a su receta secreta, el pequeño negocio comienza a prosperar. Con el paso del tiempo, Sentaro y la anciana abrirán sus corazones para confiarse sus viejas heridas. (FILMAFFINITY) [+]
8 de febrero de 2016
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Advertidos quedan, no se les ocurra disfrutar de esta maravillosa Una pastelería en Tokio con hambre. Porque el último trabajo de la directora nipona Naomi Kawase es una declaración de amor a la elaboración de los deliciosos dorayakis.

Las texturas, los colores y hasta los aromas parecen traspasar la pantalla, gracias a una realización que cuida con especial mimo todos los pasos de la preparación de estos dulces japoneses y su relleno de judías. Por momentos, la sala de cine nos transporta a una cocina ambulante, y nos deja rodeados de sus vapores y olores, hasta casi poder saborearlos.

Kirin Kiki es Tokue, una excéntrica, pero adorable, anciana que desea trabajar en un puesto de dorayakis. Sensero (interpretado por Masatoshi Nagase) terminará contratándola tras probar su excepcional pasta de judías. Igual de excepcional será también la relación que se establece entre ellos.

Delicada y poética, se trata de un precioso relato sobre la tolerancia, el cariño y la posibilidad de encontrar una familia en los sitios más inesperados.

Kirin Kiki consigue que el público se enamore de su enternecedor personaje y caiga rendido ante sus excentricidades, convencida como está de que todas las cosas tienen algo que contar.

Una historia preciosa y también muy estética, que transmite el pasar del tiempo gracias a los colores de las diferentes estaciones en un parque rodeado de bellos cerezos.

De los 4 días que hemos podido asistir a la edición 60 de la Seminci, Una pastelería en Tokio es sin duda la producción más deliciosa y hermosa que hemos disfrutado, y esperamos que pueda optar a la Espiga de Oro como mejor película y al premio a mejor actriz principal.

Y ahora me van a permitir que les deje, tengo que salir en busca de unos dorayakis.

Lo mejor: una historia que transmite pura belleza; y la dedicación en las escenas que describen la preparación de los dulces y su relleno.

Lo peor: el filme se alarga, un poco innecesariamente, en su parte final, pero se lo perdonamos.

http://www.bollacos.com/una-pasteleria-en-tokio-simplemente-deliciosa/
Beatriz Jimenez
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