Las rutas migratorias de las grandes aves

Nómadas del viento narra las grandes rutas migratorias establecidas por las grandes aves del planeta. Los patrones de estas migraciones, son traspasados y aprendidos por cada nueva generación de individuos de las distintas especies representadas.

El caso más extremo corresponde al Charrán Ártico que vuela 20.000 kilómetros de polo a polo hasta completar su migración. La búsqueda del alimento para sobrevivir es la función principal de estas migraciones.

Se filman entre otras a las siguientes especies: grullas, ánsares, alcatraces, albatros, pelícanos, petirrojos, gansos, águilas y a los heroicos pingüinos emperador.

La técnica de la impregnación

Para llevar a cabo la película y poder rodar junto a las aves se utilizó la impregnación. Esta curiosa técnica consiste en criar a las aves en cautividad. Tras salir del huevo, solo deben tener contacto con un ser humano al que adoptan como madre.

El descubridor de esta tendencia animal, fue el zoólogo y etólogo austriaco Konrad Lorenz. Éste animalista observó este comportamiento gregario cuando los polluelos se quedaban huérfanos antes de salir del huevo. Es entonces cuando las crías seguían a la primera persona que veían, siendo este ritual más acentuado en los gansos.

De esta manera es como se rodó a las aves desde ultraligeros sin que estas se asustaran. Con esto se demuestra que detrás de la magia del cine existe un descomunal trabajo técnico.

Road movie animal, y un guiño al cine clásico

Doce pilotos, tres directores y más de quinientas personas hicieron falta para poder completar Nómadas del viento. Hubo distintos equipos a lo largo de todos los continentes del planeta. Visitamos entre otros lugares: Nueva Zelanda en Oceanía, la India en Asia, España en Europa, Mali en África, la Amazonia en América del Sur y por último también la Antártida.

El guiño al mundo del cine clásico de Nómadas del viento transcurre en Norteamérica. Allí observamos junto a las grandes aves el templo sagrado del maestro John Ford.

Se trata del Monument Valley en Arizona, que fue la cuna del western con cintas como Fort Apache, La diligencia o la mítica Centauros del desierto. En este paraje se rodaron unas portentosas secuencias que unen pasado y presente a través del cine documental.

De París al escalofrío neoyorquino

La cinta también nos lleva a visitar algunas de las grandes urbes del planeta en compañía de las aves. El paso por la eterna París es de lo más sugerente de estos nómadas que no se cansan de batir sus alas.

Pero un escalofrió recorre nuestro cuerpo cuando las grandes aves vuelan sobre Nueva York.

En vísperas de cumplirse el 18 aniversario de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, y del propio estreno del documental algo ha cambiado. Y es que hay una secuencia en que las aves vuelan cuando las Torres Gemelas aún lucían majestuosas antes del mayor atentado de la historia.

La maldad humana en contraposición a la libertad animal. Es por eso que la película documental cumple además con la función de testimonio histórico de una acontecimiento que cambió la historia.

Conclusión

Nómadas del viento está acompañada de una melodiosa música del compositor francés Bruno Coulais, y de una magnífica fotografía de Olli Barbé. Estos dos aspectos técnicos sumados a la magnífica composición escénica, hacen de la filmación una lección imprescindible para conocer los procesos migratorios de las grandes aves de nuestro planeta.

Escrito por Miguel Pina