*La vida se nos puede hacer demasiado grande

Estamos ante un drama que reflexiona sobre los miedos que todos tenemos en la vida, desde el punto de vista de una persona que ha pasado los primeros 18 años de su vida encerrado en un sótano. Resulta interesante el análisis que se realiza sobre el trauma y el abuso parental desde el punto de vista de este joven y los monstruos, tanto reales como aquellos que creamos en nuestra mente. Al mismo tiempo, el hecho de que tenga un ritmo pausado hace que sea aún más impactante. Es un reflejo magistral de la violencia, física y mental, que es intrínseca al ser humano y siempre sale a relucir en cuando nos sentimos más indefensos.

Aunque, puede que el espectador piense que la historia recuerda a otras que hemos visto ya sobre padres sobreprotectores que llegan a tomar medidas extremas, como La habitación (2015). Sin embargo, es mucho más profunda y ofrece discursos conmovedores, a la vez que momentos de humor, que hacen que la trama sea mucho más completa. Eso es gracias al gran trabajo de personajes en el guion de Pete Jackson (Love in recovery, 2016). El propio Jackson explicaba que la idea le surgió cuando encontró un viejo tocadiscos de su padre y comenzó a pensar en todo aquello que los padres son capaces de hacer, y esconder, para proteger a sus hijos. Pero, sabemos que, al final, nos tenemos que enfrentar todos a la realidad.

*Gribben brilla y atrapa al espectador

Hay que destacar también la interpretación de Lewis Gribben. El actor lleva el peso de la serie y nos hace meternos por completo en su cabeza con su interpretación de este joven atormentado. El personaje que interpreta está intentando luchar contra esos miedos que habitan en su cabeza y que no le dejan vivir después de haber estado encerrado toda su vida. Nos hace pensar en el impacto que tiene el distanciamiento social en la sociedad.

El hecho de estar tan desconectado de la sociedad durante tanto tiempo que careces de recursos y habilidades para relacionarte y llevar una vida diaria normal con la gente de tu entorno. Resulta increíble pensar como una persona puede soportar eso durante tantos años y Lewis Gribben es capaz de reflejarlo con solo una mirada o, incluso, con su forma de hablar y de moverse.

*Conclusión

Somewhere Boy es, probablemente, una de las piezas más impactantes y realistas que veremos este año en televisión. Una representación del trauma y de los miedos internos irracionales con los que todos convivimos. Un reflejo de la forma en la que el amor y la necesidad de sobreprotección se pueden convertir en algo tóxico y perjudicial. Y, diría que es mejor enfrentarse a esta serie sin saber mucho sobre ella, ya que sorprenderá al espectador desde el primer momento.

Escrito por Maria José Cánovas