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Voto de Cinemagavia:
7
Drama En un pequeño y aburrido pueblo americano, un grupo de adolescentes pasa sus ratos libres cazando gatos o esnifando pegamento. Debut en la dirección del guionista de "Kids". (FILMAFFINITY) --- SINOPSIS LARGA: Un grupo de jóvenes marginales pasan sus días flirteando con la delincuencia y las drogas en Xenia, Ohio, un pueblo devastado por un tornado años atrás y que sigue viviendo en la miseria que este hecho provocó. Estos jóvenes viven ... [+]
30 de mayo de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Estética underground

La película arranca con la narración de la catástrofe provocada por un tornado en Xenia, un pequeño pueblo de Ohio (aunque la película se rodó en Nashville, Tennessee). La película se aleja de la narrativa convencional, y rompe el clásico esquema de inicio, nudo y desenlace. La cinta es un cúmulo de imágenes, grabaciones caseras y escenas de la vida cotidiana de los habitantes de Xenia después de haberse sucedido el tornado. Sus vidas parecen haberse quedado estancadas en una especie de trauma colectivo, pero desconocemos la magnitud del suceso en sus pequeñas vidas. La cuestión palpitante que recogen todas las historias de esta película es si el el suceso metereológico afectó a sus vidas o si el tornado es lo de menos.

Lo que sí parece ser muy relevante en Harmony Korine es la infancia y la adolescencia. Estas etapas de la vida son la razón de ser de sus historias. Siempre están presentes. Y lo estuvieron desde antes de dirigir este primer largometraje (ya trabajó como guionista en la película de Larry Clark Kids en 1994). Y es su objeto de estudio en Gummo, donde los adultos que aparecen en la historia funcionan como el resultado futuro de las jóvenes generaciones. La cinta sitúa a los adultos y a los chicos en el mismo círculo negro y errante.

Las grabaciones caseras, los colores saturados que nos sumergen en los noventa, nos conducen también a escenas sumamente reales, aunque parezcan lo contrario. Y su música sirve para unir la historia y descomponerla en vivencias casi diabólicas. En este tipo de cine underground llama la atención cómo la música elegida, a veces tan alejada en el tono, encaja de forma tan perfecta, transmitiendo todo el glamour apestoso que crean directores como Harmony Korine. Y así nos encontramos escuchando heavy metal, a Madonna cantando «Like a prayer», o el melancólico «Crying» de Roy Orbison en una de las escenas más potentes de la película. Y cómo olvidar el sureño y perturbador «My Little Rooster» de Almeda Riddle con el personaje Bunny Boy.

*Matando el tiempo

Al carecer de una estructura narrativa convencional (por lo que la película también puede ser calificada de experimental) Harmony Korine teje una red de personajes que conforman el guion de la película. Son muchos los que aparecen, cada cual más trastornado, disfuncional o perverso. Todos tienen algo de particular y algunos de ellos crean parcialmente el argumento de Gummo que se comporta como collage.

Los dos protagonistas son Solomon (Jacob Raynolds) y Tummler (Nick Sutton), dos chicos que se dedican a torturar y matar gatos y a drogarse aspirando pegamento. Están rodeados de variopintos personajes, delincuentes, abusadores sexuales, enajenados mentales y sociópatas. El comportamiento de todos ellos es social y moralmente censurable. Y sufren un desamparo muy arraigado, sin importar sus edades. Cuando van creciendo se mantienen en el mismo estado. Parece que no hay futuro en Xenia, Ohio.

La existencia de estos personajes se encuentra a la deriva. No hay sentido ni deseo. Viven en un entorno sucio, desordenado, vacío, pero lleno de porquería al mismo tiempo. Hay bichos en las paredes, jardines lleno de viejos trastos inútiles y barbies mutiladas en el baño como ¿decoración? Parece que el vacío existencial se quiera llenar con cosas rotas y con actos inhumanos. Y, a pesar de la desesperanza y la basura circundante, el narrador cuenta que vivir es lo mejor que hay, ya que la otra alternativa que existe es la muerte.

*Circunstancias de rodaje

Se debe ser cuidadoso con el tratamiento de los personajes, porque si bien hay algunos que son interpretados por actores, otros son personas reales que Korine utiliza para otorgar naturalidad y libertad a su obra. Por su propia esencia, la película se abastece de personajes peculiares y algunos también sufren alguna discapacidad mental, lo que ha llevado a diferentes controversias contra la película y su director. No obstante, Korine se ha defendido de las acusaciones (que incluso las había de explotación y de abuso) alegando que él no obligaba a nadie a hacer nada que no quisiera.

Del mismo modo, buena parte del equipo se sintió incómodo rodando en los lugares completamente reales de la película, negándose a trabajar en ciertas condiciones. Porque las casas y los espacios eran auténticos vertederos. Y más que incómoda resulta la obsesión con los gatos en esta película. Si te gustan los animales (y concretamente los felinos) y este tipo de género tendrás que decidir entre ver o no la película. Porque parece ser que las escenas de crueldad animal… sí, son reales.

*Conclusión

La película de Korine es una película de culto para todos aquellos que tengan un gusto cinéfilo sucio y degenerado que esperan encontrar el toque perturbador justo, pero sin ser extremadamente violenta o explícita (¡ojo!, porque hay escenas con animales muy desagradables). Gummo es una interesante aportación para el género, ópera prima de Harmony Korine, cuyo interés por la infancia y la adolescencia más desamparada y terrible se presenta como protagonista. Está llena de libertad y se nota la emoción del director por su creación.

Escrito por Belén Martín Arija
Cinemagavia
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