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Voto de Cinemagavia:
7
Intriga. Thriller. Drama Un joven escritor sin trabajo y en plena sequía creativa decide seguir a la gente por la calle para ver si así encuentra inspiración. Pero convertirse en un "voyeur" tiene sus riesgos... Nolan debutó con este drama de suspense rodado en blanco y negro y en 16 mm, durante los fines de semana y con un presupuesto de 6.000 dólares. (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Manía persecutoria

Following es una película desconcertante. En varios sentidos. Primero porque no estamos acostumbrados a asociar el nombre de Christopher Nolan a una película de presupuesto tan exiguo. En verdad se trata de una cinta menesterosa, donde el ahora célebre realizador ni siquiera pudo contar con un equipo de iluminación profesional (se grabó con la luz que había). La película, además, está rodada en 16 mm con un grano bastante terroso. Aun así, como iremos viendo, Following es un largometraje hecho y derecho, con un buen puñado de virtudes, y la semilla en estado latente que Nolan hará germinar en sus siguientes películas.

También es desconcertante por el tono en sí de la película. De tener que etiquetar a Following haríamos bien en calificarla como cine negro mezclado con algunas cosas de Alfred Hithcock. Pero el desarrollo, los diálogos, el montaje, juegan un poco al despiste. El argumento se basa en la premisa de un escritor, del cual no sabemos su nombre y aparece acreditado como «The Young Man», aunque inicialmente se hace llamar Bill (Jeremy Theobald). Este escritor amateur está pasando un bajón creativo y encuentra un extraño pasatiempo. Seguir a los demás.

Se trata de coger al azar a una persona cualquiera de las caminan por la calle y comenzar a seguirla todo el rato. Cada día una persona distinta, como buscando inspiración. El escritor (por comodidad lo llamaremos Bill) un día rompe su norma y sigue varios días a un mismo hombre. Este hombre se acaba percatando de la persecución y se acerca para hablar con Bill. No para reprocharle nada. De hecho, será el inicio de una extraña asociación.

*Ladrones como nosotros

El hombre que descubre a Bill se llama Cobb (Alex Haw), es decir, como el personaje de Leonardo Dicaprio en Origen (2010). Cobb es un ladrón que acecha viviendas y entra cuando sus dueños han salido de casa. Sin embargo no roba exactamente hogares lujosos, ni se lleva los objetos más valiosos. Prefiere los que puedan tener una significación más personal para las víctimas. De algún modo, también le interesa conocer la vida secreta de los dueños de la casa.

Bill cada vez se fascina más con Cobb y le acompaña en numerosos robos. Se establece una especie de relación alumno-maestro, donde Bill obedece devotamente las consignas de Cobb. Como bien puede suponerse, las cosas se irán enredando, entrando en acción mujeres más o menos fatales, mafiosos y giros argumentales varios. El detalle de preferir los objetos personales a los lujosos acerca a Following al universo de Hitchcock en un elemento: el fetichismo. Particularmente algunos objetos de índole bastante íntima suelen ser objeto de robo.

Hay una lograda sensación de intriga, inseparable en cualquier película de robos, en los allanamientos de morada y en los sucesivos recovecos argumentales que se van dando. La trama posteriormente va creciendo hasta situarse en un terreno ajeno, de estructura laberíntica. Todo irá a peor cuando Bill se venga arriba e intente cosas cada vez más arriesgadas.

*Indicios del porvenir en Following

En Following ya se pueden detectar algunas características que, a posteriori, se convertirían en marcas de agua del estilo de Christopher Nolan. Por ejemplo, el uso del tiempo no lineal en la narración. La película está montada de tal forma que se entremezclan varias líneas temporales que el espectador tendrá que ir ordenando para obtener la visión clara del puzzle. Algo, que de algún modo, se verá en Memento, Dunkerke y probablemente en Tenet.

Nolan siempre ha señalado a Nicolas Roeg como referencia, y particularmente a Contratiempo (1980), un thriller de querencias metafísicas y cronología enrevesada. Lo mismo podría decirse de otro clásico de Roeg como Amenaza en la sombra (1973). La complejidad narrativa y los argumentos llamativos, por lo tanto, se pueden vislumbrar ya tempranamente en Following.

Por otro lado, Nolan sabe hacer de la necesidad virtud y aunque se note la carestía de medios, el turbio blanco y negro de la película da una sensación de claustrofobia nada desdeñable. La cámara, frecuentemente al hombro, abunda en planos cercanos, lo que acaba consiguiendo que el espectador parezca que esté siguiendo, y pegándose como una lapa, a los protagonistas. Desde luego, olvídense de cualquier tipo de florituras, hay buen aprovechamiento de los medios disponibles, pero el presupuesto no da para mucho.

*Nolan entra en las mentes

Otra característica temprana de Christopher Nolan que se puede advertir en Following es el factor psicológico. De este modo, en su debut bucea en la fascinación por las vidas ajenas, en el voyerismo, y la atracción por los fetiches. Algo relativamente perverso que nos acerca a Hitchcock. Posteriormente en Memento (2000) Nolan se ocupará de cómo los recuerdos condicionan nuestra identidad, en Insomnio (2002) traza un paralelismo entre (valga la redundancia) el insomnio y la sensación de culpa, y en Batman Begins (2005) nos habla del miedo y la sensación de pérdida.

Es común en Nolan, por lo tanto, al margen de parafernalias más o menos grandilocuentes, dedicar un espacio a la introspección, al factor psicológico. En Following lo hace quizá más de puntillas por las propias limitaciones de un film barato que tuvo que rodarse en ratos libres. El propio Nolan, por cierto, también ejerce de director de fotografía, montador y productor. Nunca en la vida se mostró tan en la línea de un Juan Palomo.

De los actores poco se puede decir, en la mayoría de los casos apenas participaron en alguna película más. La excepción sería Lucy Rusell, que ha llegado a trabajar con Éric Rohmer en La inglesa y el duque (2001), y en películas de renombre como Toni Erdmann (2016). En general el reparto cumple con los requisitos de sostener una película barata y primeriza. Alex Haw, sí que puede reclamar cierto mérito por su encarnación de Cobb.

Escrito por Mariano González
Cinemagavia
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