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Voto de Cinemagavia:
7
Drama A mediados de los 70, en un barrio residencial de una ciudad americana vive en perfecta armonía la familia Lisbon. Todos los chicos suspiran por las cinco hermosas hermanas Lisbon. Sin embargo, ese paraíso se desmorona cuando Cecilia, la menor, se suicida a los doce años. ¿Cómo puede convivir la belleza más pura con una macabra historia adolescente? Ésta es la pregunta que persigue a uno de aquellos adolescentes que, ya en su madurez, ... [+]
23 de agosto de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El mundo exterior

Tras el, un tanto sombrío, inicio pasamos al meollo propiamente dicho. Se produce un choque de misterios, de desconocimientos. Las hermanas Lisbon no conocen mucho del mundo exterior y el grupo de amigos no conocen nada de la mentalidad femenina. De ambos grupos destacan dos personas que acaban opacando el protagonismo de las demás. Por las chicas Lux (Kirsten Dunst), la mayor de las hermanas y la que con mayor vehemencia se ve atraída por el sexo opuesto; por parte de los chicos Trip (Josh Hartnett), un atractivo rompecorazones del instituto que se queda prendado de Lux.

Ambos grupos, por una serie de avatares, acaban coincidiendo y yendo junto al baile de la escuela. Este momento será el eje sobre el que pivota el resto de la trama y que marcará el devenir de hermanas y los chicos. Las primeras hacia un destino más sombrío de lo que pudieran imaginar y los segundos hacia un sinfín de preguntas que se irán haciendo cada vez más obsesivas. Estas preguntas son uno de los temas principales de Las vírgenes suicidas.

*El enigma sin fin

«Nosotros no sabíamos nada sobre ellas, sin embargo ellas parecían saberlo todo de nosotros». Esta una de las reflexiones que se hace el grupo de chicos (Tim, Noah, Robert) sobre las hermanas Lisbon (a través de la voz en off en tercera persona de Giovanni Ribisi, que en Lost in translation interpretará al marido de Scarlett Johansson). Y ésta es una de las ideas de Las vírgenes suicidas, lo inescrutable que resulta el sexo femenino para los chicos. Se nos da a entender que más que enamorados, que también, los chicos están fascinados ante el enigma del comportamiento de las hermanas Lisbon. De hecho, la comunicación más intensa entre los dos grupos no se hace directamente, sino a través del teléfono y con música.

Acaso los chicos no lo adviertan en su justa medida, pero buena parte de la forma de actuar de las hermanas y de su fatal destino viene provocada por la educación fanática, retrógrada y ultraconservadora de sus padres. Evidentemente Las vírgenes suicidas carga tintas contra el talante desmesuradamente religioso de parte de la burguesía norteamericana. Tal actitud levanta un muro de hermetismo entre las hermanas Lisbon y el grupo de chicos, donde también se ve inmerso el espectador.

*Momentos musicales

Las vírgenes suicidas basa gran parte de su narrativa en la creación de atmósferas, ayudándose para eso, entre otros elementos, de la música. La selección e inserción de las canciones es apropiada y certera. El ambiente casi ensoñador del baile del instituto sería imposible sin I’m not in love de 10 cc; la presentación de Trip no sería igual de enérgica sin Magic man de Heart; la memorable conversación telefónica a base de música viene dada por el sonido de Todd Rundgren o Carole King (todo artistas de los setenta). Sofia Coppola haría algo similar con Lost in translation pero con música más cercana al indie, como My Bloody Valentine o The Jesus and Mary Chain. Se nota el afán de la cultura pop en sus películas.

Aparte de las canciones clásicas de los años 70, el grupo francés Air compuso la banda sonora en sí. Sus composiciones etéreas y ambientales sirven a las mil maravillas para catalizar el efecto ensoñador, a veces casi irreal, de la película; son el complemento ideal de las imágenes. A destacar la magnífica canción Playground love, cuyo leitmotiv suena durante varios momentos del film.

*Madre e hija (y los demás)

Las dos actuaciones más descollantes de Las vírgenes suicidas son las de Kathleen Turner en su papel de madre intransigente y beata, y la de Kirsten Dunst en el de su hija Lux. La primera aporta el toque recio, incómodo y represor de una forma admirable; la contrarréplica de Dunst es elegante y sensual, representando la carnalidad entre tanto misterio, en lo que es una de sus mejores actuaciones.

Es inevitable mencionar a James Woods encarnando el personaje de padre amilanado, apático y empequeñecido. Es un personaje que se mueve entre lo cursi y lo patético, pero que desprende cierta ternura; parece estar ausente del mundo y no sentir demasiado salvo una íntima melancolía. Ya habíamos hablado de Josh Hartnett en su papel de Trip, que dentro de la chulería de gallo de instituto va descubriendo algunos matices. El resto de los grupos (de hermanas y chicos) no destacan tanto, siendo casi personajes grupales. Por cierto, ojo al pequeño papel de Danny DeVitto.

*Conclusión

Las vírgenes suicidas es una película adolescente «coming of age» que se toma muy en serio, pero afortunadamente evita pedanterías y lugares comunes. El estilo bascula entre la introspección y lo sugerente, dando mucha importancia a la atmósfera en lugar de optar por algo más terrenal. Sofia Coppola consigue, a momentos, fascinar e introducirnos en una historia trágica y llena de enigmas. Igual que el grupo de chicos, el espectador trata de entender el destino de la hermanas Lisbon.

Escrito por Mariano González
Cinemagavia
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