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Voto de Cinemagavia:
8
Thriller. Drama Verano de 1978. Ignacio Cañas (Marcos Ruiz) es un estudiante de 17 años introvertido y algo inadaptado que vive en Girona. Al conocer al Zarco (Chechu Salgado) y a Tere (Begoña Vargas), dos jóvenes delincuentes del barrio chino de la ciudad, se ve inmerso en una carrera imparable de hurtos, robos y atracos. Es la historia en la que Nacho se hace mayor, cruzando la línea que hay entre el bien y el mal, entre la justicia y la ... [+]
2 de octubre de 2021
52 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Difícil transición

Pasar de una dictadura durante cuarenta años a una frágil democracia no fue nada fácil. En la España de la segunda mitad de los 70 había grandes ansias de libertad y, sobre todo, de vivir nuevas experiencias. Las leyes de la frontera eran implacables, todo dependía del lado en el que se estuviera.

Nacho, el Gafitas, interpretado por Marcos Ruiz, lo sabrá muy bien. Él, al igual que cualquier muchacho de clase media, se enfrentaba a los problemas propios de su edad. Sin tener una personalidad definida, era muy sencillo cruzar al otro lado de la frontera. Sobre todo si al otro lado había una atractiva joven que diera cuartel, que pusiera las cosas fácil. Antes, como hoy en día, todo tenía un precio, y conseguir la atención de quien te gustaba podía resultar peligroso.

Fueron tiempos de frenesí, de vivir muy rápido lo que antes no había sido posible. Tiempos de coquetear con las primeras drogas fumando canutos de hachís. Lamentablemente, después llegarían otras duras y letales, llevándose la vida de muchos imprudentes.

*Madurar de golpe

A veces, la vida no es muy delicada que digamos. El lugar de nacimiento marca para siempre las posibilidades y las decisiones.

La banda de delincuentes formada por Zarco, Chechu Salgado, Tere, Begoña Vargas, Guille, Carlos Oviedo, Gordo, Xavier Martín, Chino, Jorge Aparicio, Daniel Ibañez, Drácula, Victor Manuel Pajares y Cintia García, no conceden ningún momento de tregua.

Sus continuos asaltos, hurtos y persecuciones pueden recordar a otras míticas bandas llevadas al cine. Sin embargo, en Las leyes de la frontera, un halo de nostalgia, de herida sin cerrar, se adueña de los espectadores.

Nacho, una vez dentro de la banda, tendrá que tomar serias decisiones y crecer de golpe. Encuentra en ella una familia, un grupo al que pertenecer. Curiosamente no lo encuentra con los de su clase, sino en esta pandilla que le da cariño y acoge. Claro que las consecuencias podían ser fatales.

*Otra mirada de la novela

El guion, escrito por Jorge Guerricaechevarría y el propio Daniel Monzón, es una adaptación de la novela de Javier Cercas. Su intención fue la de recrear aquel mundo quinqui, de pandillas y delincuentes, pero también de traspasar la línea que separa el bien del mal.

El cine de aquellos años 70 u 80 estaba interpretado por los propios quinquis, tendía más a un cierto tipo de documental. Gente que acabó muerta por la policía o un pico de heroína. Antes del rodaje de Las leyes de la frontera, a la hora de acercarse a aquel cine, tan sólo pudieron contar con el testimonio de el Pera.

Para Daniel Monzón no se trata de emular aquellas películas, más bien de mostrar aquel mundo desde la perspectiva de Gafitas, el chico de clase media. Además, desde niño sentía fascinación por aquel mundo, de su forma de vivir, de saltarse las convenciones.

*Conclusión

En realidad se trata de una preciosa historia de amor, del primer amor adolescente, en aquel contexto quinqui. Su formato de scope, en formato cuadrado, de 1.85, así como los coches de aquella época, el vestuario, son como una mirada contemporánea de entonces.

Aquel verano de 1978 fue el último antes de la aparición de la heroína. Por eso se aprecia en Las leyes de la frontera una parte inicial emotiva, para después dar un giro hacia la tragedia.

Resulta conmovedor ver cómo algunos personajes, como ocurre en la vida real, están destinados a estar en el agujero, mientras otros, digamos, normales, se granjean la simpatía, la compresión de haber tenido un desliz.

Para los jóvenes de entonces, cincuentones y sesentones de hoy en día, resulta una película nostálgica y hermosa. Para las generaciones que no vivieron aquella época, una interesante visión de un mundo que forma parte de nuestra historia.

Escrito por Irene Abecia Navarro
Cinemagavia
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