Clímax y el caos desatado por la droga

He de reconocer que Gaspar Noé ya me impactó tremendamente con “Irreversible”. La vi con apenas diecisiete años y ciertas imágenes aún siguen pegadas en mis retinas. Por este motivo, fui angustiado al pase de Clímax, al tratarse de una película de terror de ese director que me fascinó y me traumatizó a partes iguales.

La última película de Gaspar Noé tiene muchos elementos que la entroncan con el género de terror. Sin embargo, no es una película de terror al uso, ni siquiera una película convencional. En ella no hay sustos, ni asesinos en serie, pero sí muertes y escenas que te revuelven el estómago.

En Clímax se aborda un terror muy real, el de ser drogado contra tu voluntad. Gaspar Noé nos transmite ese terror poniéndonos en la piel de los personajes. Para ello recurre a la iluminación, a los bailes improvisados cercanos a estados de trance, y al uso de largos planos secuencia que nos conducen al caos desatado por la droga.

Una experiencia cinematográfica única

Clímax es una explosiva película que gira en torno a la vida, la muerte, el sexo, la maternidad, y las drogas, aderezada con una potente banda sonora y unas escenas de baile hipnóticas. Todos estos elementos son llevados al extremo desembocando en un clímax lisérgico y obsceno.

La última película de Gaspar Noé es una obra de arte única, una experiencia cinematográfica en la que reina el caos y en la que el director nos lleva de una provocación a otra. La película comienza con los títulos de crédito finales, y a lo largo del metraje hay insertos de textos que producen una extraña mezcla de carcajada y reflexión sobre lo que estamos viendo.

Esto es una pequeña muestra de las muchas provocaciones que tiene la película, que van desde rupturas narrativas a escenas brutales pasando por el humor bizarro o escenas de sexo en las que hay parejas de todas las inclinaciones sexuales.

Clímax tiene numerosos puntos fuertes, como traer de vuelta a un Gaspar Noé cercano al de “Irreversible”. Pero sin duda su mayor logro es hacer al resto de películas anticuadas. Y eso que parte de un hecho ocurrido hace veintidós años y con una banda sonora del siglo pasado.

Conclusión

Clímax es para mí una de las mejores películas que he visto. Va a hacer que se te desencaje la mandíbula hasta límites insospechados, que te retuerzas en la butaca y que te incomodes, pero nunca querrás apartar la mirada de la pantalla.

Es una absoluta obra de arte hipnótica, aunque no será del agrado de todos ni tiene por qué serlo.

Escrito por Otto Buendía
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