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Voto de Cinemagavia:
8
Terror. Intriga En un caserón inglés se reúne un grupo de personas que empiezan a contar historias de misterio: la de un conductor de autobús que parece anunciar la muerte, la de un fantasma infantil que mora en una mansión, la de dos amigos enfrentados por una mujer incluso después de la muerte, la de un espejo maldito, la de un muñeco de ventrílocuo que controla a su propietario. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una reunión onírica

Al morir la noche (Dead of night) tiene uno de sus atractivos en su sencillo pero ingenioso guion. En el campo de las películas que recogen varias historias cortas de terror, esta película puede considerarse una de las pioneras y base de otras posteriores. Algunas tan interesantes como Historias de terror (1962) de Roger Corman, El más allá (1964) de Masaki Kobayash o Las tres caras del miedo (1963) de Mario Bava. Cada cual con sus idiosincrasias, ciertamente. En el caso de Al morir la noche (Dead of night), todo comienza con el arquitecto Walter Craig (Mervyn Johns) siendo invitado a una casa de campo por un tal Elliot Foley (Roland Culver).

En la casa de Foley, hay una serie de invitados a los que Craig hace una extraña confesión. A pesar de no haberse encontrados con ellos jamás, los conoce a todos y cada uno. Los ha visto muchas veces en un sueño recurrente que reproduce exactamente la situación actual. Esto es, ha soñado con este encuentro con desconcertante asiduidad. Tal sueño en realidad es una pesadilla, ya que algo terrible ocurre al final. No obstante, Walter no recuerda mucho de esta ensoñación. Solo algunos detalles que se van cumpliendo con pasmosa exactitud.

De entre los invitados el más escéptico es el doctor van Straaten (Frederik Valk), un psiquiatra que va desmontando los recovecos enigmáticos de la historia de Walter. Se entabla una especie de debate entre lo científico y lo inexplicable, de tal modo que cada uno de los invitados cuenta una historia de cariz sobrenatural con el objeto de convencer al psiquiatra. La velada se llena de cuentos de terror…

*Experiencias inexplicables

Las historias que se cuentan en Al morir la noche (Dead of night) tienen un doble componente, medio clásico y medio adelantado a su tiempo. De un lado cumplen con muchas características del clásico cuento de miedo casi decimonónico, pero temáticamente adelantan muchas constantes del cine de terror posterior. Encontraremos premoniciones inexplicables, mansiones con terribles secretos, espejos con todo un mundo dentro sí, venganzas de ultratumba y siniestros muñecos.

Muchas han sido las películas posteriores que se han edificado sobre estos elementos. Tampoco habremos de juzgar la calidad de las narraciones por la longitud de su duración. Algunas, en comparación, son breves pero no por ello tienen menos interés. No hay que obviar que más allá de las historias de terror, hay un argumento de base que tiene lugar en la mansión de Elliot Folley. Walter sigue insistiendo en que todo lo que está sucediendo esa noche, es en realidad en un sueño que tendrá un final pavoroso. De modo que la historia que sucede en la reunión no sería más que una ensoñación onírica y ninguno de ellos existiría. Nada sería real.

Esta porosidad entre lo real y lo soñado aporta a la película un peculiar sentido del onirismo. Hay una atmósfera inquietante potenciada por una cuenta atrás que mostrará si la reunión en casa de Folley es cierta o es un sueño. Por no hablar de la idea de la desconcertante naturaleza de la realidad, y de que de algún modo las historias macabras que se cuentan serían como sueños dentro de sueños. El único escéptico durante lo que sucede en la velada es el doctor van Straaten, pero el también tiene una extraña historia que contar.

*Algunos detalles sobre ‘Al morir la noche (Dead of night)’

De la película se encargan cuatro directores: Basil Dearden, Alberto Cavalcanti, Robert Hamer y Charles Crichton. Las historias contadas son cinco, cada una de las cuales está dirigida por un realizador, aunque en el caso de Cavalcanti se ocupa de dos. La “historia base” en la reunión de la casa de campo está dirigida por Basil Dearden. En realidad, no hay grandes diferencias de estilo o factura entre los diversos pasajes. De tal modo, que la película es heterogénea en fondo, pero homogénea en la forma.

No debe desilusionarnos que no haya marcas de agua autorales en Al morir la noche (Dead of night). En general todos los elementos de la película está dirigidos con notable pericia y un destacado sentido de la atmósfera. Se recurre hábilmente al expresionismo, y los juegos de luces y sombras construyen un factura lúgubre y sugerente. Luego cada historia tiene sus propias características. Hay premoniciones de muerte que se mueven en un campo más simbólico, objetos malditos que juegan con las mentes de los protagonistas, personajes obsesivos entre la locura y la pura irrealidad…

En el tratamiento de los fantasmas hay una concepción bastante moderna en su forma de percibirlos e interactuar con ellos. La nota discordante podría ser la que incumbe a dos jugadores de golf y sus rivalidades, que aunque juega con lo sobrenatural tiene un fondo de comedia incoherente. Una anécdota simpática, pero sin demasiadas cosas que aportar.

*El elenco

Al disolverse el guion de Al morir la noche (Dead of night) en varias historias, además de la aglutinante de la reunión de invitados, el reparto es bastante coral. Pero hay algunas actuaciones que son elogiables. Destacamos a Ralph Michael y su creciente paranoia debido a un espejo que refleja lo que le da la gana, o a Michael Redgrave en el papel de un ventrílocuo cada vez más fusionado con su muñeco. En otro nivel, el personaje esencial no deja de ser el de Mervyn Johns y su creencia de que todo lo que está ocurriendo es un sueño recurrente que él solo recuerda a medias.

No deja de ser, por cierto, un interesante recurso de guion, ya que además de lo perturbadoras que puedan ser las historias, hay una amenaza latente añadida. Por mucho que se postergue. Estas dos líneas divergentes de guion añaden cierta complejidad; no se trata de la clásica película en la que un maestro de ceremonias va introduciendo los relatos de terror. Hay una trama envolvente (la de los contadores de historias) con su propia evolución y un remate, por cierto, sorprendente.

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Escrito por Mariano González
Cinemagavia
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