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Voto de Cinemagavia:
7
Comedia Connor, un joven norteamericano, obsesionado con España, vuelve a casa y se encuentra con que su madre ha muerto y su novia le engaña con su hermano. Su terapeuta le otorga un anillo con el que es capaz de viajar a cualquier parte del mundo que desee, con una sola condición: no visitar el mismo sitio dos veces.
7 de septiembre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
*En un lugar de Los Ángeles…

Con tono de humor y bastos movimientos de cámara, nos adentramos en la “gesta” de Connor, un joven depresivo cuya vida parece haberse desmoronado tras pasar unos meses fuera de casa. Se trata de una especie de Don Quijote actual, con elementos que bien podrían haber salido del bolsillo mágico de Doraemon. Y es que Connor antes sería el alterego de Nobita que el de un personaje de Cervantes.

Precisamente eso es lo que hace especial Dulcinea. Una historia inspirada en un desencanto por la vida muy común en la actualidad. Una historia que nos habla de la soledad del individuo, de la depresión, las expectativas de futuro que acaban en decepción. En el mundo en el que nos encontramos, parece que cada vez la juventud está menos preparada para este golpe. Eso es lo que hace que el norteamericano Connor, un fan empedernido de las hazañas y proezas de Don Quijote, no tenga nada de quijotesco.

Nos encontramos ante un protagonista taciturno y negativo que desea huir de este mundo pero que no es capaz de poner fin a su vida. Si bien podemos afirmar que la película no destaca precisamente por la experiencia de sus actores, cabe decir que Steven Tulumello consigue transmitirnos la ansiedad de Connor de manera realmente sorprendente. El carácter despreocupado con el que empieza la narración evoluciona rápidamente a través de una avalancha de información tratada de modo que consigue ahogarnos en la depresión del protagonista, con planos desestabilizados y situaciones agobiantes… hasta que el anillo entra en escena.

*Buscando a Dulcinea

Para Don Quijote, Dulcinea es más que un objetivo. Constituye el foco de atención que lo separa del mundo real y le hace desconectar.

Para Connor, la vía de escape es el anillo.

Ambos emprenden un viaje fuera de su realidad mundana, dejan de estar conectados con el mundo que les rodea, huyen de la verdad.

Y como bien indica el título de la película, uno de los temas clave que trata es el amor.

Dulcinea… Dulcinea es el sinónimo de amor intangible, etéreo, platónico (entendido según la visión filosófica de Platón como algo desinteresado, puro y tan idealizado que es casi imposible que tenga consecuencias reales). De hecho, en un momento de la trama, el mismo Don Quijote hace una reflexión interesante al respecto…

“Vosotros los jóvenes os creéis que amáis, pero no es cierto. Os fijáis en lo físico. O tenéis miedo de estar solos. Pero no amáis. No me planteo parar de buscarla. Porque yo la amo. Y ella me ama.”

Si comparamos el amor que siente Don Quijote (que más que amor podría considerarse como la ilusión que lo empuja a sentirse vivo) con el de Connor, vemos en este último el claro ejemplo de un amor dependiente de alguien que no sabe estar solo (en este caso, más que amor podríamos llamarlo debilidad).

Teniendo en cuenta los rasgos de nuestro protagonista, es fácil deducir que sus decisiones no van a ser muy acertadas a lo largo de la historia, hecho que desencadenará en una especie de bucle y… he decidido no dar más detalles al respecto.

*¿Quién dijo fin?

Para ser una película de bajo presupuesto, sorprende la cantidad de lugares que aparecen en ella. Podría decirse que Hebrero aspira alto, no solo en cuanto a la parte técnica, sino también en lo que a narrativa se refiere. Y es que la historia es como un círculo. En algún momento crees que se desvía pero poco a poco todo va adquiriendo un papel fundamental en una narración llena de detalles que conectan unos con otros.

Aun teniendo en cuenta que hay partes del guion a las que les falta madurar, el conjunto integra muy bien cada una de las tramas. Los caminos que va tomando y los cambios de registro son bastante sorprendentes y para nada inadecuados. Creo que el director sabe camelarse al espectador con esos giros, captando su atención a modo de montaña rusa.

¿Quién sabe? Puede que con esta singular ópera prima, David Hebrero se haya abierto paso a un gran futuro dentro del cine internacional y… puede que el final de Dulcinea sea solo el principio.

Escrito por Ariadna Lock
Cinemagavia
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