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Voto de Cinemagavia:
8
Comedia. Drama Kayla, una niña de 13 años, tiene que lidiar con las inseguridades y terremotos del inicio de la adolescencia en la última semana de colegio, tras un año desastroso, antes de empezar el instituto. (FILMAFFINITY)
20 de enero de 2019
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puntuación: 7,5/10

Eighth Grade: La voz de una generación

El “coming of age”, como se le conoce a ese género cinematográfico que se centra en esos personajes que transitan de la adolescencia a la adultez, con los dilemas que conlleva entregarse a una madurez para la que uno nunca se encuentra preparado, ha sido uno de los más explotados por Hollywood en la comedia teen resultando en historias entretenidas y palomeras pero que ahondan en el tema sin mucha profundidad.

Afortunadamente, el género se ha visto recientemente reivindicado gracias a títulos como Boyhood o Call Me By Your Name que tratan a los protagonistas jóvenes como seres lo suficientemente pensantes que tienen algo que decir y no simplemente como un chivo expiatorio para reírnos a su costa.

Eighth Grade quizá no logra la profundidad de los títulos antes citados, pero consigue autenticidad en sus personajes y en las situaciones que se presentan. La principal razón es que se percibe como una película que realmente domina la jerga adolescente de manera que no parezcan un filme echo por adultos fingiendo ser adolescentes.

Una fórmula perfeccionada

Sería erróneo afirmar que Eighth Grade es innovadora y gran parte de su acertado resultado se debe a que la película no se fija mayor pretensión ni se permite caer en la grandilocuencia, demostrando que entiende a ese público joven al que quiere llegar. En realidad, el filme rescata lo mejor de películas hermanas del género tomando lo mejor que funciona de estos en su historia para crear su propia fórmula.

En Eighth Grade podemos ver destellos del cine indie en su máximo esplendor como en Juno, utilizando al igual que en dicha cinta una banda sonora que permite introducirnos en la atmósfera de la historia y unos diálogos ácidos, pero siempre aterrizados, ya que mientras el filme escrito por Diablo Cody apelaba por un humor un tanto intelectual y más adulto (lo que funcionaba muy bien en dicha historia), aquí el humor es simple y menos elaborado, pero por la misma razón más directo acertando por completo en la dinámica.

También se puede percibir que Burnham vio más allá del cine independiente y tomó elementos del cine teen comercial, ya que el filme coquetea con la dinámica de Easy A presentándonos una estética un tanto popera así como una protagonista que hace valía de su carisma y rompe la cuarta pared para irnos compartiendo su sentir,

Por otro lado, mientras las protagonistas de Juno y Easy A pecaban quizá de ser demasiado listas/maduras para las situaciones que afrontaban, el personaje principal de este filme se acerca más a la naturaleza de la Christine de Lady Bird, película de la que también toma elementos ya que como tal no hay un argumento principal o un hilo conductor, pues simplemente se nos narran acontecimientos importantes en la vida del personaje durante un determinado periodo de su vida, haciendo a un lado el tono hípster-mainstrieam que le imprimió Greta Gerwig . Al igual que Christine, Kayla es un personaje imperfecto y es gracias a ello que se percibe real y cercano.

El Comming of Age modernizado

Como se mencionó antes, Eighth Grade no nos va a contar nada nuevo o que no sepamos, pero sin duda no se le puede dejar de reconocer su determinación por contarnos esa misma historia que conocemos a la perfección de una manera fresca y quizá-por primera vez-poniéndose por completo en los zapatos de esos jóvenes millenials así como sus dilemas de lidiar con esa época de cambios en una era de redes sociales.

El filme gana todavía más porque prefiere entregarse a la empatía adolescente que apostar por un baratejo discurso motiviacional que fue justamente en lo que Boyhood perdió fuelle. La película logra que a pases de la risa histérica a la nerviosa por lo fácil que resulta identificarse con el personaje y aun así que no dejes de conmoverte cuando así se requiera, apelando a ese adolescente interior que todos tenemos dentro.

La angustia juvenil es narrada con respeto sin dejar de tratar a los adultos jóvenes como seres pensantes, que es uno de los grandes pecados de Hollywood al momento de contar estas historias. Un relato que aún con su enérgica carisma sabe dar visibilidad al drama sin revictimizar a estos adolescente en crecimiento, sino dejándolo sobre la mesa.

Conclusión

Eighth Grade quizá no sea el comming of age definitivo, pero sí el más moderno. Un filme más de forma que fondo que sabe exprimir su humor picante para dejar en claro en cada una de sus secuencias que la adolescencia, aunque ciertamente grotesca, no deja de ser fantástica. Un poco parecido a lo que Tully hizo con la maternidad también el año pasado.

Escrito por Víctor López Velarde Santibáñez
https://cinemagavia.es/eighth-grade-pelicula-critica/
Cinemagavia
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