*Una historia que no necesitaba ser contada

En 2012 se estrenó la primera película de la saga “Blancanieves” estrenada por Rupert Sanders. Polémicas aparte, en 2016 se decidió realizar Las crónicas de Blancanieves: El cazador y la reina del hielo, su nueva entrega, pero con un rumbo distinto en el que se prescindía de la presencia de la Princesa Guerrera. A través del guion de Craig Mazin y Evan Spiliotopoulos, el universo se expande al mundo del cazador. Así consigue abrir una nueva problemática, que es llamativa en cuanto a su ejecución. Se presenta a Freya, la reina del hielo y se cuenta su historia. Sin embargo, a pesar de una justificación dramática llevada al máximo, no termina de convencer el motivo por el que se sigue contando la historia, lo que deja una sensación tremendamente oportunista. Por lo cual, se transmite la percepción de haberse aprovechado el tirón del primer film, pero sin ir más allá.

El desarrollo del guion que se presenta desluce ante una evolución difusa y demasiado divergente, en el que se abren varios frentes. Al no terminar de definirlos con base y fundamento, acaba por tirar de una simplificación que le pasa factura. En consecuencia, hay algunas elipsis que expone de una manera muy clara los fallos del guion y los vacíos que éste presenta. Inclusive, los giros dramáticos que se tornan, acaban sucumbiendo a una previsibilidad bastante obvia. Además, el romanticismo tampoco se pierde de vista, dejando un resultado edulcorado y en una teatralidad excesiva. No obstante, como entretenimiento, sobre todo de acción, cumple su función y hay secuencias que tienen un dinamismo disfrutable. Aunque no es suficiente para levantar todo el resultado de la película, por lo menos se ve la intención de innovar el cuento que ya se conoce.

*Las verdaderas reinas

Una de las razones que invita al público a ver Las crónicas de Blancanieves: El cazador y la reina del hielo es su elenco principal. Para comenzar, Emily Blunt se convierte en el principal reclamo, convirtiéndose en la temible Freya, reina del Norte. Sin ahondar en su gran parecido con la princesa Elsa de la saga de Disney “Frozen”, la actriz nuestra una ternura convertida en ferviente rabia. De esta manera, consigue suplir, aunque sea en la expresividad que muestra, las flaquezas que quedan en su personaje. Aun así, tristemente, no brilla más por el carácter tan maniqueo en su concepción desde el guion. Después, la presencia de Charlize Theron vuelve con la misma fuerza que en el primer film. Nuevamente, la actriz demuestra ser una apuesta segura para el cine de acción, con una fuerza arrolladora y convincente.

Chris Hemsworth vuelve a repetir su papel como El Cazador, recogiendo el testigo como uno de los principales protagonistas. En esta ocasión, se muestra algo menos oscuro y con un uso del humor más fresco. Aun así, recuerda, a veces, a su forma de interpretar en películas como “Los Vengadores”. En consecuencia, tampoco hay un poder magnético, sino que cumple con su carga dramática, pero no emociona mucho más. Por otro lado, Jessica Chastain es uno de los nuevos fichajes. Reconvertida en heroína dentro de la película, hay puntos en los que saca esa vigorosidad muy activa, pero tampoco tiene un reto muy complicado. Por lo que, no se puede lucir tanto como quisiera. Por último, mencionar a Rob Brydon, Nick Frost, Sheridan Smith y Alexandra Roach, que ejecutan bien su función dentro de la cinta.

*Acción en buenas dosis

Como ya sucediera con “Blancanieves y la leyenda del cazador” la producción de Las crónicas de Blancanieves: El cazador y la reina del hielo mantiene esa calidad donde los espacios magnánimos dejan un espectáculo visual muy trabajado, que sabe culminar con unos elementos estéticos excelentes. Toda esa grandeza se refleja en los efectos especiales, que recrean fácilmente ese mundo de fábula y cuento. Es más, gracias a ese poder de la imagen, es donde obtiene un resultado entretenido. Por lo menos, impacta y el público sentencia que es uno de los aspectos más destacables de la misma. Lo mismo ocurre con la selección de vestuario, en el que se aprecia un trabajo muy cuidado, que mantiene el efecto de cuento y de fantasía que se pretende dar al largometraje.

La utilización del color se tercia más hacia unas tonalidades azules, que buscan encumbrar el efecto de esa frialdad nacida del dolor de la Reina. No hay una mayor justificación artística, pero sigue siendo muy estética y evoca a una imaginación interesante. Aun así, mantiene el puente con su predecesora, conservando el diseño y la elección de tonalidades con una selección más calidad y coloridas en los bosques. Por otra parte, el montaje es rápido y vertiginoso, aunque durante su primera parte es algo más densa. Al tener que volver a contextualizar, hay ese arranque que le cuesta. Tras pasar esa parte, logra más dinamismo en el clímax final, aunque acaba por terminarse demasiado rápido y se vuelve un disfrute muy efímero. Por lo cual, no controla el ritmo y es demasiado irregular.

*Conclusión

Las crónicas de Blancanieves: El cazador y la reina del hielo es una secuela prescindible, que busca innovar pero falla en la expansión del universo. Aun así, hay escenas de acción que atraen al espectador, promoviendo un entretenimiento dinámico. No obstante, ese espíritu guerrero no invade todo el film y presenta vacíos notorios. Luego, Emily Blunt y Charlize Theron son de lo mejor de la película, con una energía asombrosa, aunque sus personajes no les hagan justicia. El montaje tiene un resultado con una producción visual asombrosa, que impacta en el público, demostrando el gran trabajo técnico. La invasión de nuevas tierras que termina por ser una batalla perdida por la falta de precisión ante una motivación excesivamente difusa.

Escrito por Diego Da Costa