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Voto de Cinemagavia:
6
Drama Drama político sobre Lyndon Baines Johnson, el 36º presidente de los Estados Unidos, que asumió su cargo desde 1963 a 1969. El biopic narra su vida desde su juventud en Texas hasta su llegada y paso por la Casa Blanca. (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2018
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El guion lastra el buen pulso en la dirección de Rob Reiner

Reiner nos traslada a la era Kennedy, desde su postulado para las presidenciales (teniendo como rival al propio Lyndon B. Johnson) hasta su asesinato y la posterior toma del cargo del hasta ese momento vicepresidente (Johnson). Con pulso de artesano, Reiner parece no haber perdido parte del toque que tuvo en su época más brillante. Dota de ritmo el relato y se maneja bien en un terreno a veces tan cenagoso como es la política. Aún y con eso, el guión del debutante Joey Hartstone no sigue la misma linea, lastrando el conjunto notablemente.

Woody Harrelson es el omnipresente protagonista

Woody Harrelson es el omnipresente protagonista. Versátil y carismático, inmerso en lo que a priori seria un estupendo vehículo de lucimiento personal. Los biopics son dados a ello. Pero este no destaca especialmente por esa virtud.

Todo el metraje está cubierto por un velo de aspecto televisivo, distanciándolo del cinematográfico gracias a una fotografía en ocasiones desacertada y un empleo excesivo de interiores y planos cerrados. Tampoco lo hace el grotesco maquillaje que luce Woody Harrelson, tan de moda últimamente (‘Hitchcock’, ‘J Edgar’, ‘Churchill’) como inexplicable. Resta expresividad, suma grotesquería y bordea la caricatura.

Harrelson no logra traspasar esa linea roja, empleando la contención de una figura de por si poco contenida. Acierta en el tono de voz, el acento sureño (nació en Texas), además de intuirse un estudio profundo del personaje. Dándole la replica se encuentra Michael Stahl-David (‘Monstruoso’) como Bobby Kennedy. Dota a su personaje de una entereza y presencia más notable que la del propio Harrelson.

Sobre el guion

El elemento más desestabilizador de la película es su guión. Prescinde de elementos que podrían dotar de mayor complejidad al relato, al tiempo que se centra en otros quizá menos relevantes. Condensar el auge, apogeo y final de Lyndon B. Johnson en un momento histórico tan prolijo en datos, detalles, personajes e importancia en 96 minutos es tarea imposible, y queda demostrado.

Presenta de manera muy somera a los personajes (protagonista incluido), dando por sentado que los conocemos a todos. Emplea elipsis que omiten hechos relevantes, no solo para contextualizar, si no para entender las motivaciones y decisiones que toma uno u otro personaje. Por momentos lleva al espectador de isla a isla, sin un hilo conductor que cohesione la narración.

Punto y final

A la sombra de Kennedy aborda una de las épocas más importantes de la historia reciente de Estados Unidos de una manera superficial, por momentos televisiva, necesitando de más tiempo y desarrollo para otorgarle mayor enjundia. Pese a ello, y más por virtud de los hechos en los que se basa, no se pierde el interés en ella y de algún modo es pedagógica. Woody Harrelson mantiene la contención aún bordeando la parodia (el maquillaje es terrible), mientras sorprende un estupendo Michael Stahl-David (Bob Kennedy), así como el resto de secundarios. Reiner dirige eficazmente, sin alardes (nunca los tuvo), en piloto automático salvo por un par de recursos que benefician la narrativa. Tan correcta como olvidable.

Escrito por Álvaro Valdés Fernández
https://cinemagavia.es/a-la-sombra-de-kennedy-critica-pelicula/
Cinemagavia
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