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Voto de davilochi:
8
6,8
25.629
Drama
Durante los duros años de la posguerra, en una zona rural de Cataluña, un niño llamado Andreu, cuya familia pertenece al bando de los perdedores, encuentra un día en el bosque los cadáveres de un hombre y su hijo. Las autoridades sospechan de su padre, pero Andreu intentará encontrar al culpable. En estas circunstancias, se produce en Andreu el despertar de una conciencia moral que se opone a la mentira como instrumento del mundo de los adultos. (FILMAFFINITY) [+]
24 de octubre de 2010
109 de 135 usuarios han encontrado esta crítica útil
He quedado muy satisfecho con la película de Agustí Villaronga, he de confesar que sigue faltándonos nuestro "Novecento", "El nido de la araña", "El tambor de hojalata" y muchos otros grandes clásicos europeos que ahondan en los traumas de los diferentes pueblos. Sin embargo esta es una película que ofrece una visión revisionista a la par que compleja de lo que la inmediata postguerra supuso para este país. No me voy a meter en aspectos técnicos o puramente cinematográficos porque esto ha sido tratado, pero si algo aleja a esta obra de ser maestra y de pasar a ser algún día un clásico es, sin lugar a dudas, el hecho de ser una adaptación que - como ocurre con muchas adaptaciones - da demasiadas cosas por supuestas, de ahí que nos encontremos con que muchos aspectos de la trama queden colgando.
En cualquier caso lo que importa de esta película es lo que intenta transmitir. En este sentido creo que es un film importante en lo que se refiere al análisis de la postguerra porque nos muestra que no sólo fueron los muertos, sino también los que aquí quedaron los que tuvieron que sufrir con mayor intensidad los movimientos sísmicos provocados por el enfrentamiento fatricida. Es interesante constatar el modo en que se trata el fenómeno de la autorepresión en el seno de las familias, algo que fue muy típico en la sociedad española durante todo el franquismo. Sin embargo este film queda lejos de la genialidad de otras obras europeas como la "Silent Wedding" rumana en clave de tragicomedia. Sigue faltando algo en el cine español, una última chispa que marque estilo. Quizás el único que consiguió eso fue Mario Camús con su "El día de los inocentes", donde también se nos presentaba una realidad de postguerra, si bien no de modo tan explícito.
Sea como fuere hay muchos elementos a destacar, como decía uno de ellos es la autorepresión: muchas historias familiares se perdieron porque en el intento por sobrevivir en la sociedad española durante el franquismo era mejor ocultar ciertas cuestiones del pasado para posibilitar que las generaciones futuras salieran adelante. El secretismo que rodea a la familia de Andreu en torno a lo ocurrido durante la guerra no es más que el pan de cada día de muchas familias que trataron de proteger a sus jóvenes de lo que a ellos los marcaría de por vida.
En cualquier caso lo que importa de esta película es lo que intenta transmitir. En este sentido creo que es un film importante en lo que se refiere al análisis de la postguerra porque nos muestra que no sólo fueron los muertos, sino también los que aquí quedaron los que tuvieron que sufrir con mayor intensidad los movimientos sísmicos provocados por el enfrentamiento fatricida. Es interesante constatar el modo en que se trata el fenómeno de la autorepresión en el seno de las familias, algo que fue muy típico en la sociedad española durante todo el franquismo. Sin embargo este film queda lejos de la genialidad de otras obras europeas como la "Silent Wedding" rumana en clave de tragicomedia. Sigue faltando algo en el cine español, una última chispa que marque estilo. Quizás el único que consiguió eso fue Mario Camús con su "El día de los inocentes", donde también se nos presentaba una realidad de postguerra, si bien no de modo tan explícito.
Sea como fuere hay muchos elementos a destacar, como decía uno de ellos es la autorepresión: muchas historias familiares se perdieron porque en el intento por sobrevivir en la sociedad española durante el franquismo era mejor ocultar ciertas cuestiones del pasado para posibilitar que las generaciones futuras salieran adelante. El secretismo que rodea a la familia de Andreu en torno a lo ocurrido durante la guerra no es más que el pan de cada día de muchas familias que trataron de proteger a sus jóvenes de lo que a ellos los marcaría de por vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por aquí muchos se sorprenden del lenguaje de la niña que ataca a Andreu y a sus primos por ser familiares de rojos. Pues bien, su sorpresa no muestra más que su ignorancia. Este tipo de lenguaje llegó a la juventud, a las escuelas y fue interiorizado por los jóvenes (sólo hay que ver la famosa foto de los niños barceloneses jugando a fusilamientos), no fue más que parte de la represión y de la marca indeleble que la guerra civil dejó en buena parte de la sociedad española.
La película es cruda: muestra cómo el franquismo perpetuó el orden social tradicional que oprimía a la gente de a pie en pos de los intereses de reducidas élites político-económicas. La miseria también se observa en el personaje representado por Marina Comás (excelente papel), despojado de cualquier barrera moral y empujado por unos reales a entregar su cuerpo al profesor alcohólico y asqueado con la situación, incapaz de reaccionar y sumido en el conformismo proporcionado por el sedante de la petaca. El destino de la familia de Andreu no es más que la historia que se repitió cientos y cientos de veces en que las grandes familias se sirvieron bajo cualquier pretexto de la delación para deshacerse de aquellos que podían ocasionarles molestias, de la guerra civil como vía para la resolución de rencillas vecinales...
Hay críticas que sinceramente no las entiendo, la película cumple bastante bien y es verdaderamente estremecedora. El final es sobrecogedor: Andreu reniega de su pasado al no reconocer ante su compañero que la mujer que había ido a visitarlo era su madre, se avergüenza de su pasado. El secuestro o adopción de niños durante la postguerra fue una realidad plenamente implantada en la sociedad española, muchas familias pobres se vieron obligadas a hacer lo indecible por sacar adelante a los suyos, muchas veces sin garantías de éxito alguno. La Guerra Civil española dio como resultado a una especie de apartheid, como bien dejan claro las palabras del profesor, en que los vencidos eran como los leprosos, alguien a quien no debía acercarse nadie que estuviera sano, es decir, ningún vencedor. 40 años de historia construidos sobre la mentira, la marginación de la mitad de la sociedad española y la negación de la libertad.
La película es cruda: muestra cómo el franquismo perpetuó el orden social tradicional que oprimía a la gente de a pie en pos de los intereses de reducidas élites político-económicas. La miseria también se observa en el personaje representado por Marina Comás (excelente papel), despojado de cualquier barrera moral y empujado por unos reales a entregar su cuerpo al profesor alcohólico y asqueado con la situación, incapaz de reaccionar y sumido en el conformismo proporcionado por el sedante de la petaca. El destino de la familia de Andreu no es más que la historia que se repitió cientos y cientos de veces en que las grandes familias se sirvieron bajo cualquier pretexto de la delación para deshacerse de aquellos que podían ocasionarles molestias, de la guerra civil como vía para la resolución de rencillas vecinales...
Hay críticas que sinceramente no las entiendo, la película cumple bastante bien y es verdaderamente estremecedora. El final es sobrecogedor: Andreu reniega de su pasado al no reconocer ante su compañero que la mujer que había ido a visitarlo era su madre, se avergüenza de su pasado. El secuestro o adopción de niños durante la postguerra fue una realidad plenamente implantada en la sociedad española, muchas familias pobres se vieron obligadas a hacer lo indecible por sacar adelante a los suyos, muchas veces sin garantías de éxito alguno. La Guerra Civil española dio como resultado a una especie de apartheid, como bien dejan claro las palabras del profesor, en que los vencidos eran como los leprosos, alguien a quien no debía acercarse nadie que estuviera sano, es decir, ningún vencedor. 40 años de historia construidos sobre la mentira, la marginación de la mitad de la sociedad española y la negación de la libertad.