Típica película de vecino psicópata e inquietante, aderezada por encarnarlo un policía agresivo y desequilibrado. Todo transcurre sin nada de originalidad, la verdad es que Neil LaBute no se ha devanado los sesos para ofrecernos algo novedoso. La trama es sencilla y directa, con algun momento de suspense, aunque pocos, y va discurriendo sin dar giro alguno en la historia. Película sin mas pretensión que la de divertir un rato, apoyada absolutamente en un solvente Samuel L.Jackson, estupendo actor, que se desenvuelve bien en estas situaciones. Lo demas, pues bien, correcto. Aunque todo es excesivamente previsible, incluso el final. Es un telefilm de Sábado o Domingo por la tarde, pero con un actor de Cine de sala grande.