La franquicia regresa de nuevo a sus raíces con esta cuarta entrega que retoma el horror y el gore de la primera película, pero llevados a un nivel más alto. La historia claramente recrea lo visto en la película original, más unas referencias a la segunda, pero con otros personajes diferentes. Por más que la película es una recreación, Sam Raimi y Bruce Campbell dejaron en claro que es una historia derivada, dando indicios que se trata de algo que transcurre en el mismo universo de la trilogía original. Eso es incluso más evidente con la escena postcreditos. La diferencia yace en su tono oscuro, ya que estamos ante una película cien por ciento orientado al horror sin el humor de las películas originales. Con la ausencia de Ash Williams, esta es otra historia donde conocemos a otras personas que tuvieron contacto con el Necronomicon. Ya al principio se anuncia que Mía es quien toma mayor relevancia en toda la película. Lo que hace que esta película de cierta manera supere a la original es la cantidad de violencia y gore que ofrece. Es una película bastante oscura y con efectos gore muy bien logrados. La producción es bastante buena y las actuaciones también son admirables. La banda sonora de Roque Baños también es una de las mejores cosas de la película que sumado a la dirección de Fede Álvarez, le da un buen ambiente y tono a la película. La verdad Álvarez logro hacer una buena película a pesar de que este fue su primer largometraje. Curiosamente, el efecto que genero en Fede Álvarez es casi similar al caso de Sam Raimi cuando dirigió la primera Evil Dead. Esta cuarta entrega de la franquicia le hace honor a la película original. Una película tan violenta con momentos perturbadores que la hacen una de las mejores recreaciones del cine de terror. Mi calificación para esta película es un 9/10.