Hacer una película como The Exorcist es un desafío bastante enorme e imposible de superar debido a la ejecución que aquella obra del terror tuvo. Debido a su éxito, han tratado de extender su historia y replicar el éxito que el clásico original tuvo, pero fue una tarea imposible de cumplir. Eso pasó con las secuelas y la precuela. Blumhouse decide tomar ese desafío con esta secuela a cargo de David Gordon Green y aquí repite la misma fórmula que uso en su versión de Halloween. En ciertos aspectos, esta entrega replica algunos elementos de la película original convirtiéndola en un homenaje bastante sutil. David decide regresar de nuevo a las raíces que iniciaron esta franquicia y ofrece una historia que mantiene ciertas características de la película original. Utilizar efectos prácticos en lugar de efectos digitales fue un acierto para hacer algo mucho más acorde a la película original. Las niñas poseídas tienen el característico aire de Regan y logran cuadran de una manera acertada. La edición y algunos planos recuerdan a la película original. Aun así, esta película igual se siente como las demás entregas que ya hayan sido buenas o malas, estuvieron lejos de alcanzar al trono de la primera película. Técnicamente, William Friedkin había logrado crear una película muy bien desarrollada en detalles técnicos que han ayudado a darle un toque terrorífico y dramático que no ha envejecido en mucho tiempo y mantuvieron intacta la identidad de su película. Este tipo de detalles nunca pudieron ser exactamente replicados del todo en ninguna de las entregas de la franquicia, aunque The Exorcist 3, Exorcist: The Beginning y esta entrega son las más cercanas al alma de The Exorcist. Además, el terror de la primera película es algo único en la franquicia que por más que lo hayan intentado, no se pudo replicar en el resto de la franquicia. Believer puede que sea considerada una recuela, pero por el momento no desecha la posibilidad de que los eventos de las secuelas anteriores hayan ocurrido. Es algo muy útil para tomar en cuenta ciertos elementos importantes que pueden ser útiles para esta película. Believer posee la crisis de fe que ha sido un tema muy recurrente en gran parte de la franquicia. La película además incluye no solo el rito de exorcismo de la religión católica, también se aplica el ritual de las antiguas costumbres africanas que ya se han visto en The Exorcist 2 y The Beginning. Eso suma debido a que todo inicio en África tal como las precuelas y la segunda entrega dieron a entender, pero como la primera película empieza en Irak, queda la duda de como la estatua de Pazuzu acabo allí. Otro detalle respetó a la posesión demoniaca en esta entrega es que ofrece otro indicio de que Pazuzu nunca ha trabajado solo como la entidad protagonista de esta película. La primera película nunca reveló el nombre de Pazuzu hasta la secuela, pero uno de los diálogos daba a entender que no era el único ente que poseía a Regan. La tercera película incluso corrobora que había varios espíritus malignos involucrados en la primera película y todos ellos se encontraban bajo el control de Pazuzu. En Believer no se especifica si se trata de Pazuzu quien ha regresado, pero el regreso de Chris y su primera conversación con las poseídas da a entender que la entidad maligna que las posee ha estado en la primera película y que podría tratarse de uno o quizás algunos de los entes malignos que estaban bajo el control de Pazuzu cuando Regan estaba poseída y después poseyeron al Padre Karras. Las secuelas anteriores habían atado los cabos sueltos que eran Regan, los sacerdotes y el teniente Kinderman involucrados en la primera película. Esta secuela ata otro cabo suelto que no fue tomado en cuenta y es la madre de Regan, Chris. Eso fue un buen acierto para saber que fue de ella tras el exorcismo de su hija. Se podría decir que Believer es una secuela que sirve para ampliar más el universo de The Exorcist y tratar de aclarar lo que vino después de la primera película tal como lo hicieron las secuelas. The Exorcist: Believer al final es una película decente que logra ser un homenaje a la película original, pero solo se queda en eso sin poder ser indiferente a las demás entregas que expandieron una historia que quizás no necesitaba convertirse en una franquicia. Mi calificación final para esta película es un 8/10.