Típica producción de algo mas de una hora destinada a programas dobles de la Republic, la mítica productora independiente de filmes como Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954).

En esta se dan cita de modo bastante convencional el deporte hípico, el romance y el cine de gangsters: un joven jockey al que unos malotes complican en sus amaños en materia de apuestas tendrá que salvar su honor.

Lo que llama la atención es que pese a tratarse de un filme de segunda o tercera fila incluyese escenas no muy fáciles de filmar, como las de las carreras en el hipódromo, en las que hay además una multitud de extras. Da idea de la magnitud que llegó a tener la industria del cine en Hollywood en sus años dorados.

Por lo demás, se trata de una peli tan ignota como prescindible.