Una película que pese a sus pretensiones y presunto estilo rompedor ha envejecido bastante. No solo es que el montaje sea desmañado y bastante desastroso, como algunas personas aquí han apuntado. Es que hay poca coherencia en lo que se cuenta, le sobra metraje y aunque no puede decirse que sea un bodrio, y hay que admitir que tiene sus detalles y momentos divertidos por su carácter algo gamberro, a ratos se hace bastante cansina
y enervante.

Muchísimas situaciones son forzadísimas y traídas por los pelos y están muy cuestionablemente resueltas, como la muerte de Turkey, que no parece importarle a nadie nada (aunque puede que la intención fuese precisamente esa, poner la indiferencia que provoca su muerte en contraste con las lagrimas que generó el asesinato de Kennedy, la excusa no me funciona) y que es consecuencia de unos interludios terroríficos en plan peli de zombis que al no venir a cuento se pretenden muy molones pero que a mí me dejan bastante frío.

Y es que, en realidad, todo el tema de las peleas entre bandas no es más que una excusa, que además está mal expuesta, para mostrar todo tipo de excesos de un modo bastante gratuito y para que la película se deslice casi siempre por la senda de un mal esperpento con una buena banda sonora. Aunque a ratos se le vean intenciones interesantes y provoque alguna que otra carcajada. Aunque la peli siempre se eleve un poco cuando Karen Allen está en pantalla. O aunque ese final algo melancólico gracias a la aparición de Bob Dylan y su música tenga cierto pellizco.

No le ayuda mucho tampoco el pretendido carácter de comedia coral y sin un protagonista definido y la verdad es que llama la atención que alguien como Philip Kaufman que posteriormente adaptaría con gran elegancia y exitosos resultados a Milan Kundera en "La Insoportable Levedad del Ser", sea asimismo el firmante de esta gamberrada basada en una novela de Richard Price.

Al menos no parece que la película se tomara nunca a sí misma demasiado en serio, pese a la fama que después adquirió.