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España España · Barcelona
Voto de Ulher:
9
Drama. Romance Ann tiene 23 años, dos hijas, un marido que pasa más tiempo en paro que trabajando, una madre que odia al mundo, un padre que lleva 10 años en la cárcel, un trabajo como limpiadora nocturna en una universidad a la que nunca podrá asistir durante el día... Vive en una caravana en el jardín de su madre, en las afueras de Vancouver. Esta existencia gris cambia completamente tras un reconocimiento médico. Desde ese día, paradójicamente, Ann ... [+]
18 de noviembre de 2010
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar de Coixet es como hablar de política. En nuestro país hay un cierto ánimo de desprestigiar lo diferente, aquello que se salta los baremos es poco celebrado por las masas y ahí se encuentra la directora catalana. Es difícil posicionarse en un rango intermedio con respecto a su obra y aunque la frase no puede ser más tópica es así: o se le ama o se le odia.
No se puede indicar que Mi vida sin mí constituya el trabajo más personal-pedante de la cineasta. Toda su filmografía está repleta de voces en off, planos cortos y "borracheras del cámara" pero si es éste su trabajo más brillante.

En pocos minutos, con más de diez frases lapidarias, Coixet se mete en el bolsillo al espectador convirtiéndole en protagonista al hacerle pensar "¿Qué haría él?" Y es que es jodido que en segundos tengas que despertar del sueño que ha supuesto hasta ese momento lo que llaman vida. Al igual que el personaje principal todos redactaríamos en una libreta aquello que nos queda por vivir con la intención de realizarlo antes de que todo se acabe. El tiempo se convertiría en oro y no sé hasta que punto se malgastaría soltando frases tan poco cercanas de cursis que resultan. Pero dejando a un lado la pretenciosidad de Coixet hay que reconocer que Mi vida sin mí es un espléndido ejercicio emotivo que emana lucidez por los cuatro costados. No es sencillo exponer algo que no ves y darle veracidad y es que el manido tema de la muerte anunciada es peliagudo. Tan sencillo caer en los extremos que sólo una actriz del calibre de Polley puede salvar. La valentía del personaje de Sarah Polley es abrumadora. Ni usa sola escena nos muestra el llanto más desgarrador que supondría una noticia así. Por eso Mi vida sin mí es diferente.

Coixet es excelente dirigiendo y sobre todo eligiendo el casting. Sin Polley la cinta no tendría sentido. La actriz imprime a su personaje una mirada difícil de olvidar y un carácter envidiable aunque tal vez complicado de encontrar. Otro gran acierto es la cantante de Blondie. Deborah Harry es el desespero de la amargura. Su incursión en el personaje es tal que no parece que interprete.

Mi vida sin mí supuso el acercamiento a la directora de las gafas de pasta rosa y desde entonces no hay cinta de ella que no espere con entusiasmo. También es cierto que su aventura en Tokyo resbaló demasiado y su encargo en Elegy le hizo perder carisma pero con la sugestiva historia de amor en la plataforma petrolífera alcanzó la recompensa que abrió Mi vida sin mí.

Lo mejor: la invitación de Coixet al análisis personal, la escena de la grabación de las cintas y la mirada de Polley.
Lo peor: la nacionalidad de la directora. Si fuera yanki otra cantar sería.
Ulher
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