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Voto de Beatlespock:
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Aventuras. Acción
En tan sólo veinticuatro horas, tres agentes del servicio secreto británico que investigaban una red de tráfico de drogas aparecen asesinados en extrañas circunstancias. Todas las pistas conducen a Mister Big y a un diplomático llamado Katanga. El agente 007, James Bond, es enviado a Nueva York para investigar al enigmático personaje. (FILMAFFINITY)
5 de enero de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que olvidar completamente la encomiable labor de Sean Connery, cuando se trata de calibrar la interpretación del superbritánico Roger Moore en el controvertido papel del agente 007. Mientras que el Bond de Connery era la personificación de la sexualidad bruta, el culto a Epicuro y la falta de escrúpulos total para conseguir sus objetivos; el Bond de Moore no abandona por completo esa deliciosa caradurez intrínseca del agente ni su desmesurada afición por las mujeres, pero gana en ese humor y en ese refinamiento tan característicos de un caballero británico...y recordemos que Connery es un escocés de pies a cabeza y Moore un inglés de tomo y lomo.
En la primera película de Sir Moore como 007, se apuesta por un escenario oscuro como el mundo del vudú, el color y los sonidos particulares de Nueva Orleans y unos malos malísimos que se pasan el día riendo a carcajadas, como si eso del crimen fuese nada más que una diversión con la que pasar el rato. Solitaire, la chica Bond de la película, se nos muestra como una mujer extremadamente refinada y frágil, una artista en las artes adivinatorias por medio de las cartas que tiene la extraña facultad de predecir lo que va a pasar en un futuro inmediato, a pesar de que ese porvenir sea su perdición. Jane Seymour está bellísima, encantadora y extremadamente elegante, un contrapunto a la habitual sexualidad voluptuosa de las partenaires del agente británico. Sin duda, esta actriz logró dar una nueva dimensión al hasta entonces tradicionalmente excesivamente encasillado papel de las chicas Bond.
La banda sonora, basada en la excelente canción de Paul McCartney y su grupo Wings, "Live and let die", es utilizada con muchas variaciones durante la película, marcando de manera sincopada los hitos de suspense. George Martin, ex-productor de los Beatles, es el encargado de envolver con celofán el enorme tema y darle una consistencia de sabor clásico.
Se nota que las aventuras con Moore no han hecho más que empezar, pero los inicios no son nada desdeñables, a pesar de cierta monotonía a lo largo del filme y excesiva proliferación de la acción, que evita bastante que los espectadores podamos conocer mucho más al nuevo Bond. Tampoco el jefe de los bandidos (Kananga) tiene suficiente empaque y echamos algo de menos los manejos turbios de Spectra. Por fortuna, estos detalles se corregirían en las siguientes entregas y Roger Moore lograría labrar un excelente 007, en mi opinión, a la misma altura que el de Sean Connery.
En la primera película de Sir Moore como 007, se apuesta por un escenario oscuro como el mundo del vudú, el color y los sonidos particulares de Nueva Orleans y unos malos malísimos que se pasan el día riendo a carcajadas, como si eso del crimen fuese nada más que una diversión con la que pasar el rato. Solitaire, la chica Bond de la película, se nos muestra como una mujer extremadamente refinada y frágil, una artista en las artes adivinatorias por medio de las cartas que tiene la extraña facultad de predecir lo que va a pasar en un futuro inmediato, a pesar de que ese porvenir sea su perdición. Jane Seymour está bellísima, encantadora y extremadamente elegante, un contrapunto a la habitual sexualidad voluptuosa de las partenaires del agente británico. Sin duda, esta actriz logró dar una nueva dimensión al hasta entonces tradicionalmente excesivamente encasillado papel de las chicas Bond.
La banda sonora, basada en la excelente canción de Paul McCartney y su grupo Wings, "Live and let die", es utilizada con muchas variaciones durante la película, marcando de manera sincopada los hitos de suspense. George Martin, ex-productor de los Beatles, es el encargado de envolver con celofán el enorme tema y darle una consistencia de sabor clásico.
Se nota que las aventuras con Moore no han hecho más que empezar, pero los inicios no son nada desdeñables, a pesar de cierta monotonía a lo largo del filme y excesiva proliferación de la acción, que evita bastante que los espectadores podamos conocer mucho más al nuevo Bond. Tampoco el jefe de los bandidos (Kananga) tiene suficiente empaque y echamos algo de menos los manejos turbios de Spectra. Por fortuna, estos detalles se corregirían en las siguientes entregas y Roger Moore lograría labrar un excelente 007, en mi opinión, a la misma altura que el de Sean Connery.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Momentos destacables:
- La secuencia del peculiar entierro, deliciosa de principio a fin por su perversión.
- La escena en la cual M visita a Bond en su casa y éste esconde a su ligue en el armario, rematándose después la jugada con la llegada de Moneypenny...
- Cuando Bond utiliza su reloj multiusos con gadget magnético para bajar suavemente la cremallera del vestido de su ligue, poco después de que M marche de su casa. Genial.
- El truquito de Bond con la baraja repleta de naipes de "Los amantes", para irse al catre con la bellísima Solitaire.
- El reloj multiusos. Los malos siguen siendo tan gilipollas que no aprenden a que a 007 hay que dejarle en calzoncillos y, aún así, tenerle vigilado.
- El escape de la isleta repleta de cocodrilos.
- Las varias persecuciones que se dan en la película, especialmente con el autobús desvencijado de dos pisos y las lanchas.
- El final abierto, en el cual se ve que uno de los malos no ha sido liquidado...lástima que no se aprovechase este detalle para otra entrega.
- La secuencia del peculiar entierro, deliciosa de principio a fin por su perversión.
- La escena en la cual M visita a Bond en su casa y éste esconde a su ligue en el armario, rematándose después la jugada con la llegada de Moneypenny...
- Cuando Bond utiliza su reloj multiusos con gadget magnético para bajar suavemente la cremallera del vestido de su ligue, poco después de que M marche de su casa. Genial.
- El truquito de Bond con la baraja repleta de naipes de "Los amantes", para irse al catre con la bellísima Solitaire.
- El reloj multiusos. Los malos siguen siendo tan gilipollas que no aprenden a que a 007 hay que dejarle en calzoncillos y, aún así, tenerle vigilado.
- El escape de la isleta repleta de cocodrilos.
- Las varias persecuciones que se dan en la película, especialmente con el autobús desvencijado de dos pisos y las lanchas.
- El final abierto, en el cual se ve que uno de los malos no ha sido liquidado...lástima que no se aprovechase este detalle para otra entrega.