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España España · barcelona
Voto de BeatniK:
9
Drama. Intriga En 1913, en vísperas de la Gran Guerra (1914-1918), extraños acontecimientos, que poco a poco toman carácter de castigo ritual, se dan cita en un pequeño pueblo protestante del norte de Alemania. Los niños y adolescentes del coro del colegio y de la iglesia dirigido por el maestro, sus familias, el barón, el encargado, el médico, la comadrona, y los granjeros conforman una historia que reflexiona sobre los orígenes del nazismo en ... [+]
17 de enero de 2010
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde la primera imagen estática con la voz en off introductoria, Haneke asusta, impresiona.
Una puesta en escena deliberadamente sobria y hermética nos prepara para lo que se nos va a contar: un relato terriblemente triste que tiene como trasfondo la búsqueda del germen de la maldad en el ser humano, nada menos. La historia disecciona con un ritmo intencionadamente lento y claustrofóbico los extraños sucesos acaecidos poco antes de la I Guerra Mundial en un pueblo del norte de Alemania cuyos habitantes viven sometidos por la nobleza y la moral ultra-religiosa. Haneke va desarrollando la trama llevándonos de viaje por los caminos más incómodos de la condición humana, haciéndonos partícipes de sus miserias, sus más bajos instintos, su doble moral, sus faltas, su egoísmo, su crueldad, sus mentiras… su maldad, al fin y al cabo. El escalofriante retrato que el director hace de una sociedad adulta excesivamente rígida y disciplinada repugna y asusta, pero asusta aún más ver como los niños, a priori meros espectadores pasivos del descenso a los infiernos de la condición humano ejemplificado en sus mayores, van asimilando como esponjas todo lo que ven, oyen, e imaginan, un caldo de cultivo que forjará su carácter y les convertirá, presumiblemente, en terribles adultos veinte años más tarde, con la llegada del nazismo a Alemania. El cásting de actores es fantástico, son una parte más de la excelente ambientación, lo que confiere a la totalidad de la obra un nivel de realismo extremo que provoca que el espectador se mete irremediablemente en la historia. Los personajes son fieles reflejos de la época: su mentalidad, sus costumbres, sus miedos, su manera de hablar y de actuar… La fotografía, de su habitual Christian Berger, es la mejor que he visto en un cine en mucho tiempo. Es un blanco y negro contrastado y pulido, asfixiante, que nos hace viajar directamente a la época y nos mete de lleno en ese clima claustrofóbico y estremecedor. Haneke entrega una obra de impecable estética formal, adulta y profunda y nos transporta al cine religioso de Dreyer o Bergman, con sus escenas exageradamente perfectas. La sobresaliente dirección del austriaco recuerda también, por meticulosidad y exactitud a los mejores Kubrick y Tarkovski. Las escenas abiertas son auténticos cuadros, simétricos y elegantes, en los que los personajes entran y salen fluyendo de manera natural, los interiores, fríos e inquietantes, son una sinfonía de claroscuros y primeros planos, artísticos hasta el academicismo, el recurso del plano/contraplano se usa muy poquito, los travellings no pueden estar hechos con más maestría…
Haneke sostiene la historia a base de sugerir, de no terminar nunca de mostrar, de no categorizar nunca del todo a buenos y malos, de jugar con la ambigüedad obligando al espectador a no despegar los ojos de la pantalla en busca de respuestas y explicaciones.
La mejor película del 2009 y “casi” una obra maestra (habrá que verla otra vez para afirmarlo).
BeatniK
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