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España España · Las Palmas
Voto de Echedey Rueda:
7
Drama. Thriller La cuenta atrás de tres personajes, con senda historias entrelazadas, que tratan de mantenerse a flote y sobrevivir a 24 horas claves que pueden cambiar el curso de sus vidas. El film explora el efecto que una situación de estrés económico tiene sobre las relaciones personales, y cómo el afecto y la solidaridad pueden ser un motor para salir adelante.
7 de octubre de 2022
83 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juan Diego Botto ha dado el salto a la dirección cinematográfica con un ejercicio de realismo social al estilo Ken Loach. Sin embargo, a pesar de lo peliagudo del tema central de esta película, los desahucios, En los márgenes no tiene el tono de algunas películas de Loach y evita toda tentación de ideologizar su película para centrarse fundamentalmente en aquello que le da sentido a la película: sus personajes.
Unos personajes que no responden a una creación de unos guionistas como instrumentos para contar una historia, sino a una traducción en pantalla de personas de carne y hueso que cada día viven, precisamente, en los márgenes de una sociedad de consumo y deshumanizada que algunos, quizá para acallar su conciencia, llaman del bienestar.

Y de eso, de sacudir conciencias, se encarga Juan Diego Botto, primero escribiendo el guion y después con la cámara. El guión, construido como una especie de vidas cruzadas, va presentando a una serie de personajes en lo que inicialmente podría parecer una película coral para que, a medida que avanza la película, ocuparse fundamentalmente de tres personajes a los que dan vida tres actores que hacen auténtica magia con sus interpretaciones. Si extraordinaria está Adelfa Calvo, lo de Penélope Cruz Luis Tosar es de otro nivel. Ambos juegan en otra liga.

No puedo hablar demasiado del argumento, baste decir que Penélope Cruz es una madre de familia trabajadora en un supermercado a la que están a punto de desahuciar por no poder afrontar la hipoteca; que Luis Tosar es un abogado dedicado a trabajar en asuntos sociales, uno de esos hombres que pretende que los días duren más de 24 horas, llegar a todas partes y cada noche descubre con amargura que solo tienen 24 y que todo se le ha quedado a medias y que Adelfa Calvo es una viuda a la que también amenaza un desahucio.

Si acaso, podría hablarse de un cuarto personaje trascendental, el de Raúl (Christian Checa), hijo de la pareja de Luis Tosar, que quizá sea el único que se escape del naturalismo general y obedezca a un fin dramático concebido en el guión, el de manejar la sacudida de conciencia que la película pretende en su naturaleza.

Puede parecer que Juan Diego Botto esté tremendista, pero no creo que nadie que alguna vez haya pisado un comedor social lo acuse de eso, tampoco quienes hayan presenciado el desahucio de una familia o quienes conozcan de primera mano las necesidades de la gente que vive en barrios humildes.

Desde el inicio de la película, en el que puede verse la filmación más naturalista de una secuencia con una niña que recuerdo, que incluso parece que no está actuando, hasta el emocionante final, toda la película transcurre sin caídas de ritmo ni tiempos muertos, algo que, sin duda, obedece, a un acertadísimo montaje que intercala cada una de las historias con buen tino y acertado sentido en la narración de la misma.

El guión dosifica la emoción hasta llevarla a los momentos culminantes de las tres historias que terminan con sutileza para cerrar una película honesta y poniendo en mayúsculas las interpretaciones de sus intérpretes, en particular de Penélope Cruz y Luis Tosar.

Puntuación: 7 sobre 10
Echedey Rueda
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