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Voto de David Colette:
8
5,0
6.337
Terror. Comedia. Thriller
“¡No quiero morir en Canadá!”, suplica Wallace Bryton, un popular podcaster al que una serie de circunstancias ha llevado hasta la frontera de Canadá, donde vive Howard Howe, que una vez fue salvado por una morsa. Misántropo recalcitrante, Howe tendrá una forma muy poco ortodoxa de sacar a Wallace su lado más “animal”. (FILMAFFINITY)
9 de febrero de 2015
20 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
"A Truly Transformative Tale" (una historia realmente transformadora), este es el lema que reza el póster de Tusk en su versión original. Si te dijeran que Kevin Smith dirige una película sobre un psicópata que trata de transformar a un hombre en una morsa, ¿por que irías a verla?.
Tusk, en una duración de apenas cien minutos, encierra dentro de si varias formas de diferentes de entenderse a si misma. Por un lado hay una notable película de terror que dura hasta la aparición de la morsa humana. Pero esta película es a su vez una comedia que, debido al poder perturbador de las escenas mas extremas, resulta el punto mas débil (según el gusto y el sentido del humor de cada espectador, claro). Sin embargo la película nunca se presenta a si misma como terror o comedia, siempre guarda un as en la manga, o mejor dicho un gag, que puede disolverse en un instante del mas intenso espanto al ver escenas que, cuanto menos, son bastante grotescas.
Pero si es una comedia de terror, ¿por que no reservó al engendro para el tramo final y mantener así el suspense?, ¿por que tiñó de drama las historias de los personajes?, ¿por que eligió un final tan patético?. En un acto de rebeldía, o quizás de inocencia, Kevin Smith decidió hacer una película que no tratara solo del morbo de ver a un hombre desfigurara a otro hasta que parezca una morsa, sino que tejió una historia sobre un el punto en el que el ser humano deja de ser humano para convertirse en un animal. ¿Era el personaje de Michael Parks un hombre o una bestia forjada a través de los abusos que sufrió en su infancia?
Tusk, en una duración de apenas cien minutos, encierra dentro de si varias formas de diferentes de entenderse a si misma. Por un lado hay una notable película de terror que dura hasta la aparición de la morsa humana. Pero esta película es a su vez una comedia que, debido al poder perturbador de las escenas mas extremas, resulta el punto mas débil (según el gusto y el sentido del humor de cada espectador, claro). Sin embargo la película nunca se presenta a si misma como terror o comedia, siempre guarda un as en la manga, o mejor dicho un gag, que puede disolverse en un instante del mas intenso espanto al ver escenas que, cuanto menos, son bastante grotescas.
Pero si es una comedia de terror, ¿por que no reservó al engendro para el tramo final y mantener así el suspense?, ¿por que tiñó de drama las historias de los personajes?, ¿por que eligió un final tan patético?. En un acto de rebeldía, o quizás de inocencia, Kevin Smith decidió hacer una película que no tratara solo del morbo de ver a un hombre desfigurara a otro hasta que parezca una morsa, sino que tejió una historia sobre un el punto en el que el ser humano deja de ser humano para convertirse en un animal. ¿Era el personaje de Michael Parks un hombre o una bestia forjada a través de los abusos que sufrió en su infancia?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Si esto no fuera suficiente, el punto de partida de la trama, el vídeo de The Kill Bill Kid, encierra en si mismo otra reflexión sobre por que nos hace reír lo grotesco. ¿Hay algo de gracioso en ver al mutilado hombre morsa? Por supuesto que no, pero ver a esa criatura será la razón por la que los pocos que se atrevan con esta obra de Kevin Smith paguen su entrada. Así pues, tal y como se dice en uno de los mejores diálogos que tiene lugar en la película, aquel sobre la aventura con Hemingway y la botella de alcohol, la anécdota se transforma en realidad histórica cuando se tiene la imagen delante de los ojos (dentro de la película la imagen es la botella que compartió Michael Parks con el escritor norteamericano, fuera de esta es la imagen de la bestia).
Ver a la morsa es el cebo con el que instiga nuestra curiosidad morbosa el director, pero son los diálogos y las escenas de la transformación psicológica que sufre el protagonista lo que realmente constituye el eje del largometraje. A diferencia de lo que pudo haber sido otra película gore de terror, la autentica transformación tiene lugar dentro de la mente, no en la carne, por ello, al final, el protagonista elige seguir viviendo como una morsa, y no recuperar su identidad humana.
No podría terminar esta crítica sin hacer mención a la delirante e incomoda escena que comparten Michael Parks (pletórico a lo largo de toda la obra) y un tal Guy Lapointe (ya que el director no revela el nombre del interprete, tampoco lo haré yo). Un autentico despilfarro de estupidez cómica que representa, probablemente, el punto álgido del registro cómico de Tusk.
Lo peor: Que ni aquellos que querían ver una película de terror o una comedia, saldrán satisfechos de la sala, a pesar de que Tusk represente una obra mas que notable del cine bizarro.
Lo mejor: La batalla final entre hombre y morsa; dos instintos de supervivencias batallando por la vida. El culmen del talento de Kevin Smith llega cuando Michael Parks destroza su disfraz de morsa y se yergue como un humano ensangrentado, dispuesto a matar al Señor Colmillo como un humano, o dejar que este le mate como una morsa. Ahí se libera todo el poder discursivo de la película.
Ver a la morsa es el cebo con el que instiga nuestra curiosidad morbosa el director, pero son los diálogos y las escenas de la transformación psicológica que sufre el protagonista lo que realmente constituye el eje del largometraje. A diferencia de lo que pudo haber sido otra película gore de terror, la autentica transformación tiene lugar dentro de la mente, no en la carne, por ello, al final, el protagonista elige seguir viviendo como una morsa, y no recuperar su identidad humana.
No podría terminar esta crítica sin hacer mención a la delirante e incomoda escena que comparten Michael Parks (pletórico a lo largo de toda la obra) y un tal Guy Lapointe (ya que el director no revela el nombre del interprete, tampoco lo haré yo). Un autentico despilfarro de estupidez cómica que representa, probablemente, el punto álgido del registro cómico de Tusk.
Lo peor: Que ni aquellos que querían ver una película de terror o una comedia, saldrán satisfechos de la sala, a pesar de que Tusk represente una obra mas que notable del cine bizarro.
Lo mejor: La batalla final entre hombre y morsa; dos instintos de supervivencias batallando por la vida. El culmen del talento de Kevin Smith llega cuando Michael Parks destroza su disfraz de morsa y se yergue como un humano ensangrentado, dispuesto a matar al Señor Colmillo como un humano, o dejar que este le mate como una morsa. Ahí se libera todo el poder discursivo de la película.