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Voto de Jinete pálido:
9
Bélico Segunda Guerra Mundial, 1944. Tras el desembarco de los Aliados en Normandía, a un grupo de soldados americanos se le encomienda una peligrosa misión: poner a salvo al soldado James Ryan. Los hombres de la patrulla del capitán John Miller deben arriesgar sus vidas para encontrar a este soldado, cuyos tres hermanos han muerto en la guerra. Lo único que se sabe del soldado Ryan es que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de ... [+]
2 de junio de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que no he leído todas las críticas y que a lo mejor lo que aquí expongo ya lo ha hecho alguien antes.

Muchos critican el patrioterismo barato de esta película, y es esta la pega fundamental que le encuentran, ya que casi todo el mundo coincide en su audacia técnica e incluso narrativa. Pero nadie señala lo que yo creo que es lo más importante, y que justifica plenamente la crudeza de muchas secuencias y el sufrimiento casi insoportable que algunas transmiten en el espectador, y es la frase que al final le susurra al oído Tom Hanks al soldado Ryan, frase que vale por todo el film y que lo justifica plenamente, de cabo a rabo.

Que todo el dolor y la muerte que muchos hombres han padecido no haya sido en vano: Ryan debe merecer ese sacrificio, lo que es lo mismo que decir: Estados Unidos tiene que merecerse ese sacrificio, es un deber moral como nación más poderosa de la tierra que a lo largo de su historia esté a la altura de las vidas entregadas.

Otra cuestión es que lo haya conseguido.

El mensaje, más que patriótico es una advertencia, una llamada a la responsabilidad de un pais que debería acordarse de los hombres que murieron en Omaha y en tantos lugares de Europa. La bandera de Estados Unidos al final no es un recurso patriotero, imperialista, o al menos no es sólo eso. Esa bandera es un toque de atención, y en cierto modo una soberbia forma de decir: acordaos de esta gente siempre, de que lucharon contra la barbarie, contra el fascismo y el régimen más sanguinario de la historia de la humanidad: no les defraudeis más, merecer su sacrificio. Admito que todo lo dicho puede ser una gallarda mental mía, pero me parece que los tiros de Spielberg no van precisamente hacia una alabanza incondicional de su pais, más bien al contrario, resulta muy incómoda y bastante ácida.

Luego sería larguísimo de comentar la absoluta influencia de John Ford a lo largo de todo el film, aparte de homenajes explícitos en varias secuencias.
Jinete pálido
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