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España España · Zaragoza
Voto de cassavetes:
7
Drama Inspirada en el cuento de "Las mil y una noches", la celebrada colección de historias de oriente medio y de historia india, la película busca ser una yuxtaposición de las distintas etapas que un ser humano atraviesa en la vida. Desde los momentos más preciosos de la existencia hasta el despertar intelectual que nos lleva a tratar de guardar la vida como un tesoro y a compartirla con aquellos a los que amamos. (FILMAFFINITY)
5 de febrero de 2020
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bien por Roy y gracias a Dios por existir. Porque Dios existe. Antes de ver esta película, la última del realizador sueco Roy Andersson, Sobre lo infinito (el título, ese título de película Andersson), puede que te entren dudas. Tras verla, ya te cuestionas cosas: si lo que hay en el cielo son dioses, estrellas o parejas levitando sin alas. Qué preferir. Para lo que llevamos de siglo y lo que vivimos del pasado, casi dar a elegir entre varias opciones y que cada cual viva de la manera mejor, peor o más allá.

Pero por lo menos el día que Roy dijo por primera vez en sueco “acción”, Dios estaba ahí.

Hay gente que sufre en el mundo y que está triste y que tiene todo el derecho del mundo a expresarlo. Hasta Adolf el conquistador. ¿Era necesario mostrar y subrayar en una película que existe la tristeza y el dolor aparte de la gloria y el triunfo en este llamado mundo?

Sí.

¿No?

¿He dicho antes “acción”, aunque sea como se diga en sueco?

Nunca mejor escrito un entrecomillado.

Los personajes que viven Sobre lo infinito, o sea, esto que también damos en llamar, por decirlo de alguna forma, vida (o sea, tú, yo y efectivamente el de más allá), a veces conocen el color rosa, ése que si ves en una película de Andersson me lo dices, que esperaré sentado. Quién conoce el color rosa: para eso hay que volar y huir del suelo o cantar una canción del folclore escandinavo. Y para intentar darle vida a los cuadros pintados a mano en el guión anderssoniano ahí está esa fotografía de grises en color, de cielos sin sol ni de mediodía y ni de medianoche, de almas errantes y silenciosas que no conocen ni comprenden al vecino, que rechazan el lamento ajeno y que en definitiva (no) se mueran los tristes.

Bienaventurados los dichosos que aparecen Sobre lo infinito. De ellos puede que sea el reino de los cielos. Si por la cámara fuese, fija que sí.
cassavetes
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