Esta es de aquellas películas que se volvieron controversiales antes de su estreno, en este caso por el hecho de que Maddie Ziegler –quien personalmente me encanta- interpreta a un personaje autista sin ser ella misma autista. Sia afirmo que intento trabajar con una actriz autista pero que el proceso “le resulto difícil y desagradable”, y seamos sinceros, Maddie tiene un rol aquí porque es la bailarina fetiche de Sia, nunca la habría excluido de uno de sus proyectos (y la propia Maddie tuvo sus dudas de interpretar un rol así, pero Sia insistió en que ella lo hiciera y que también “se encargaría de protegerla”).

No solo es que no sea autista, sino también las criticas van por el hecho de que su interpretación de una persona autista es simplemente errónea, totalmente equivocada y parece más bien el de una niña/adolescente con algún tipo de discapacidad intelectual más que alguna forma de autismo no verbal. Y no ayudo en nada las reacciones de la propia Sia frente a estas quejas, que fueron como mínimo infantiles: “Tengo a tres personas trans trabajando en esta película ¡Deberían agradecerme por eso!” esas fueron más o menos sus palabras textuales.

Pero yendo al grano ¿Qué tal es esta película solo en base a sus meritos artísticos?

Pues no muy bueno, no es mala, no es horrible, pero es muy irregular. La parte de la música es lo más notable, obvio viniendo de una artista como Sia, los números musicales son llamativos y raros, excéntricos se podría decir, muy coloridos, y se supone que son una expresión de la mente de Music, la hermana autista.

Pero todo lo demás es aburrido y mediocre, para toda la controversia, Music ni siquiera es la protagonista, es un personaje de apoyo y la película en realidad se centra en Zu, ex-alcohólica y ex vendedora de drogas, y eso deja varios detalles inverosímiles, casi agujeros en la trama: ¿Por qué entregarle la custodia de una niña con necesidades especiales a una tipa con antecedentes? Claro que podemos ignorar eso pensando en que era la única opción y que en esta película los trabajadores sociales están tan saturados de trabajo como en la vida real.

El resto de los personajes es igual, todos giran en torno a Zu, sus tramas y subtramas son poco interesantes y hay más de una que simplemente es abandonada o termina cortada sin resolución. Pero es que tampoco la historia de Zu es para tirar cohetes, la mejor forma de definirla es “cliché”, hay muy poca originalidad allí y termina volviéndose bastante aburrida, en resumen es una película gris y sin identidad donde el colorido de los números musicales destaca, pero solo por unos poco minutos.