Salvador Allende es una leyenda dentro de ciertos círculos, al ser el primer presidente comunista elegido democráticamente, y por su trágico final, en un golpe militar que trajo mucho dolor a Chile por décadas. Esta crítica no es para hablar de política, del intervencionismo estadounidense en Chile o de la responsabilidad de la derecha chilena o de la izquierda chilena. Sino para hablar de esta película que recrea el golpe militar y la muerte de Allende.

Y no es una buena película, en realidad es pésima, indigna de una figura histórica como el presidente Allende, mas allá de la opinión personal que tengan de él o de su gobierno. Aburrida, a menudo ridícula –también podríamos decir que no es nada objetiva, pero en este tipo de película con este personaje histórico nadie esperaría objetividad-, el colmo llega al final con la muerte del presidente Allende (esto no es spoiler, es el hecho sobre el cual gira todo el film), que no solo no tiene nada que ver con lo que en verdad ocurrió, sino que alcanza cuotas inconmensurables de ridículo y patetismo, convirtiendo un homenaje en algo verdaderamente ofensivo.