No estoy a favor de la censura, incluso en el caso de películas que prediquen el odio racial o religioso. Tampoco estoy a favor de censurar esta, a pesar de todo el odio que causa. Así es, esta película logra que la odiemos y que odiemos al director –y a casi todos los actores-.

¿Exagero? Solo un poco, pero lo cierto es que todos los defectos que tenían las películas anteriores de Badilla –de El Limpiapiscinas a Mama ya crecí- se multiplican en esta, en detalle:

-Un pésimo guión, con el espesor de una servilleta, que más que trama tiene una serie de sketchs humorísticos, y eso es otro problema: el humor rara vez funciona, hay algunos chistes buenos pero son escasos y no logran levantar la película.

-Malas actuaciones, comprensible, puesto que para los roles protagónicos contrata a chicas muy guapas pero con cero experiencia y cero talento, además de figuras de la farándula –y el director es el protagonista, quien tampoco sirve para actuar-, y los pocos actores profesionales que hay no pueden hacer mucho con personajes planos y con nulo interés.

-Hay algunas muertes buenas, pero eso es porque son homenajes –suena mejor eso que decir “plagios”- a ciertas películas de terror clásicas.

-La película llega a ser irritante y los personajes y lo que les ocurra no nos llega a importar nada.

-¿Mencione ya que el humor aquí no funciona?