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España España · Moaña
Voto de Bermu:
5
Western. Acción. Bélico Dos tenientes recién graduados son enviados a un regimiento de Caballería de Kansas. En los años previos a la Guerra de Secesión (1861-1865), los esfuerzos del abolicionista John Brown (1800-1859) para acabar con la esclavitud incrementaron las tensiones entre el Norte y el Sur, teniendo que llegar a intervenir el ejército para frenar sus acciones. (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que es difícil escribir una crítica de esta película sin dejarse llevar por el argumento y las ideas racistas y homófobas que desprende a raudales. Es como si hoy en día se hiciese una película sobre la Segunda Guerra Mundial diciendo que los nazis eran sensatos y buenos, y los judíos los malos. Iban a correr ríos de tinta llamando de todo a su director, pues algo parecido le ocurre al bueno de Michael Curtiz.

Es difícil entender como en pleno año 1940 se nos muestre una película con un guión tan marcadamente racista, incluso en alguna escena aparece algún esclavo diciendo que prefiere la esclavitud a la libertad. Pero hay que darse cuenta que en aquella época, los estudios grandes todavía controlaban por completo toda la elaboración de una película, desde su producción, su guión y su montaje.

Jack Warner era un claro ejemplo de ello, lo único que le importaba era exprimir hasta el extremo para sacar todo el jugo a sus actores y directores. Curtiz había firmado un contrato de larga duración aceptando filmar todo lo que le pusieran delante de los ojos y sin protestar. La pareja de moda en la compañía era Errol Flynn y Olivia de Havilland, a los que explotaron haciendo innumerables películas juntos. Algunas de ellas buenas películas, como El capitán Blood (1935) o Robin de los bosques (1938), aunque muchas otras dejan bastante que desear.

En esta ocasión la película está basada, por decirlo de alguna manera, en hechos reales. En los años previos a la Guerra de Secesión, la tensión entre el norte y el sur por culpa de los esclavos estaba a punto de explotar, lo que más tarde pasaría claro está. El norte abolicionista reclamaba el fin de la esclavitud, a lo que se oponía claramente el sur esclavista, ya que no quería perder su mano de obra y por ello la base de su subsistencia. Recordad que el sur basada todo su poder en la agricultura y la recolección mientras que el norte era una zona mucho más industrializada.

En ese momento aparece la figura de John Brown, un abolicionista que, cansado de pacifismos, decide emprender la abolición de la esclavitud por medios violentos. Hasta aquí todo correcto, hasta que Curtiz (o la productora) decide que en la película Brown es una viejo loco despiadado, cegado por Dios y la religión, y lo convierte en el malo de la película. Del otro bando, el ejercito americano con un puñado de soldados recién graduados de West Point, entre los que están Flynn y Reagan (sin duda su mejor actuación en el cine, lo que da muestras de su nivel jaja).

Curtiz, para darle más credibilidad a la película, mete nombres ilustres de la época en el guión, como Custer, Sheridan, Robert E. Lee, Longstreet o Jefferson Davis, que llegó a ser Presidente de los Estados Confederados. Un batiburrillo de fechas y nombres sin sentido. Pero realmente, toda la película está hecha para la lucidez de la estrella Errol Flynn, los diálogos, las escenas, todo para encandilar una vez más al espectador con su sonrisa simpática. A su lado, como casi siempre, la pobre Olivia de Havilland (por cierto aprovecho para felicitarla ya que acaba de cumplir 104 añazos), que en esta ocasión su papel es casi testimonial, ya que su enamoramiento de Flynn es bastante patético y surrealista.

Poco más que añadir, buenas escenas de acción, sobre todo la del bombardeo del arsenal militar y las persecuciones a caballo, y la buen dirección de Curtiz, sobrio y eficaz como siempre. Una película más que añadir al tándem Flynn-De Havilland-Curtiz-Warner.
Bermu
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