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España España · Moaña
Voto de Bermu:
10
Drama Umberto Domenico Ferrari es un jubilado que intenta sobrevivir con su miserable pensión. Sumido en la pobreza, vive en una pensión, cuya dueña lo maltrata porque no consigue reunir el dinero necesario para pagar el alquiler de su habitación. Los únicos amigos que tiene en este mundo son una joven criada y sobre todo su perro Flike. (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A principios de los años 50, Italia ya se estaba recuperando del desastre de la guerra. Económicamente muy débil todavía, pero los ánimos de los italianos se estaban recobrando. De hecho, el neorrealismo existente en el país como referente en el mundo del cine ya empezaba a aburrir a los espectadores. No querían ver ya en pantalla sus miserias y su hambruna, sino que querían ver películas de un carácter más alegre. Comenzaba una nueva época en el cine italiano liderada por el gran Federico Fellini.

Pero antes de despedirse del todo, el neorrealismo nos dejó esta gran joya de Vittorio De Sica. Quizá sea la película más dura y difícil de ver de todo la posguerra junto con Ladrón de Bicicletas (1948). Nos muestra de una manera cruda y directa la vida de un jubilado, que después de trabajar durante toda su vida, la pensión que le da el Estado apenas le da para sobrevivir en la difícil posguerra.

El señor Ferrari realmente está viviendo en una época que ya no es la suya, desubicado la mayoría de las veces en un mundo que ya no comprende como antes. El único que parece entenderle y demostrarle su amor es su perro. Su casera pretende echarle de su habitación por una deuda que tiene con ella como si fuera un pordiosero. Se dirige a él siempre de forma despectiva y cruel, como si no fuera un ser humano.

Intenta pedir ayuda a alguno de sus conocidos pero miran para otro lado. La gente no quiere saber nada de los demás, cada uno intenta sobrevivir como puede, sobre todo la gente mayor. En comedores sociales, aquejándose de enfermedades para poder tener una cama y un plato de comida en el hospital, incluso mendigando por las calles. Pero nuestro protagonista se ve incapaz de llegar a ese extremo; su orgullo se lo impide. Ha trabajado toda la vida para tener que llegar hasta el punto de pedir limosna.

Crítica desgarradora que nos muestra De Sica en esta película a la sociedad italiana de posguerra. El compromiso social que siempre acompañó al neorrealismo se muestra con dureza aquí. Esa denuncia social frente al paro, las condiciones infrahumanas en las que vivían algunos (como la criada de la pensión), las pensiones de los jubilados, la situación de desamparo de las mujeres y los niños especialmente, se muestran en todo momento a lo largo de la película. Sin duda alguna, una película indispensable para hacernos reflexionar sobre la condición del ser humano y el mundo que le rodea.
Bermu
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