Irregular película futurista que tiene unos 30 primeros minutos muy buenos en donde indudablemente sobresale ese buen actor que es Ben Kigsley y luego decae poco a poco. El argumento trata sobre la proposición y luego ejecución que se le hace a un millonario que tiene cáncer de transportar su mente en otro cuerpo. Hasta aquí todo bien, pero los problemas comienzan cuando aparecen recuerdos, del cuerpo, de su vida anterior que se confunden con la nueva mente trasladada, se entiende???, hum complicado me parece, en fin así es la película que peca por un guion algo confuso en donde en un momento no se sabe quién tiene la mente de quien y el cuerpo de quien. Ryan Reynolds luce perdido, quizá su papel se lo exigía, pero para mí es demasiado lo perdido que está. Entretiene especialmente por Ben Kigsley en sus primeros 30 minutos, es una buena idea llevada a cabo no de la mejor manera.