Que Christian Clavier es un buen comediante nadie lo duda, él es quien lleva el peso del film y puede llevarlo a buen puerto especialmente en el último tramo cuando se organiza el casamiento de su hija menor surgiendo los nuevos suegros. La historia es como una familia acomodada francesa cuyos padres son fervientemente católicos ven azorados como sus hijas se casan con un chino, un musulmán, un judío, y por ultimo un negro viendo las vicisitudes de ellos por tratar de encajar dentro de una mezcla de razas y costumbres que no conocen y que no tienen muchas ganas de conocer tampoco. Hay situaciones graciosas, especialmente cuando interviene Clavier y un mensaje muy pequeño contra el racismo. Pero en realidad lo que el film intenta dejar es que el espectador pase un momento agradable y poco mas, que sin sobrarle nada lo consigue.