Documentales como "Seré asesinado" nos congratulan sobre la necesidad del formato documental cinematográfico por hacer posible que grandes tramas como ésta resulten creíbles, pues de hacerse una película nadie se creería que el guión fuera verosímil.
La narrativa precisa que Justin Webster imprime al documental hace que en todo momento estés atento. La dosificación de la información está en todo momento ajustada para que mantengas el interés y la intriga.
El único pero que le pongo es que la planificación de algunas escenas se confunde lo meramente documental con lo recreado con un estilo cinematográfico. Por otro lado, técnicamente, los cortes de audio de los testimonios de habla hispana, y sobretodo del investigador Carlos Castresana son demasiado evidentes, lo he notado en demasiadas ocasiones, algo por lo que le he bajado la nota, porque era de 8.