Este año tengo el reto de realizar una crítica a todas la películas que vea. A estas alturas llevo realizadas más de 500. No incluyo aquellas que veo parcialmente realizando algún zapping o que visiono por algún motivo particular algunas escenas.
Con "Bullit" no he tenido más remedio que saltarme esta norma. He conseguido una nueva copia en Bluray, con una restauración de colores magnífica. Sus fabulosos títulos de crédito se ven como el primer día, y la música de Lalo Schiffrin te despierta nuevamente el interés por verla completa. Pero a pesar de esa introducción tan llamativa no he tenido más remedio, por la falta de tiempo, de avanzarla e ir directamente a la gran persecución de coches por las calles de San Francisco. Cual a sido mi sorpresa cuando en un momento clave, en el que el coche de los malos, perseguidos por McQueen, choca contra un vehículo estacionado en vez de virarse la imagen dos fotogramas a rojo, saltar un fotograma negro, otro del impacto nuevamente y otro fotograma negro, para de ese modo por corte proseguir a otra situación, me encuentro que en esta copia, que nadie anuncia como una restauración o un "director's cut", algún impresentable responsable técnico -dudo que ni empresario-, ha tenido la desfachatez de suprimir esos tres fotogramas. Vamos que se han cargado el montaje de un momento clave de una película que no sólo ganó el Oscar al mejor montaje, sino que ha sido la inspiración de numerosos cineastas y editores.
Una lástima. No podré retirar mi DVD e incluso tendré que darle más valor, no vaya a ser que esta copia se imponga y en un futuro cueste encontrar el montaje original. Algo que ya sabemos lo que cuesta con casos tan emblemáticos como "Encuentros en la tercera fase". "E.T." o la primera trilogía de "Star Wars", que siempre que te encuentras con la emisión del alguna de ellas tienes que esperar a ver momentos clave para saber qué copia están emitiendo.

En lo que respecta a la película, magnífico trhiller, con McQueen en estado de gracia. Transmite mucha emoción sin pestañear. Es de una frialdad apasionante.
Al margen de su emocionante persecución, seguramente sea la complejidad de una historia que por momentos cuesta de seguir lo que la ha hecho tan disfrutable con el paso de los años.