Media votos
5,3
Votos
3.253
Críticas
103
Listas
6
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Ziryab:
2
6,6
57.481
Thriller. Drama
Desde que su mujer sufrió quemaduras en todo el cuerpo a raíz de un accidente de coche, el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, ha dedicado años de estudio y experimentación a la elaboración de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla; se trata de una piel sensible a las caricias, pero que funciona como una auténtica coraza contra toda clase de agresiones, tanto externas como internas. Para poner en práctica este ... [+]
18 de septiembre de 2011
24 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
No. No vale. Un regalo no es bonito porque sea bonito su envoltorio. O dicho de otra manera: el hábito no hace al monje. La última película de Almodóvar tendrá un acabado perfecto, una estética absorbente y hasta un guión en cierto modo contenido, pero la materia prima que le da cuerpo es absolutamente irrisoria, ridícula, espantosa de mala. ¿Es automáticamente buena una película sólo porque sea buena su factura técnica? Yo lo tengo claro. Y lo peor de “La piel que habito” no es que sea desconcertante –de hecho, esto no tiene por qué ser negativo- ni que parezca una completa tomadura de pelo. Lo peor, lo que me preocupa, es que Almodóvar debe estar convencido de que su última película es una cosa seria, cuando estamos de manera descarada ante un esperpéntico producto de serie B sobre psicópatas descerebrados con disfraz –eso sí- de cine de autor. ¿Sinceramente? Para mí esto es el cuento del traje del emperador. Ni más ni menos. Tarantino, por ejemplo, sabía lo que hacía cuando rodaba “Deeth Proof” y no trataba de engañar a nadie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Reconozco que si todo hubiera sido un retruécano para terminar liando a Vicente con la dependienta lesbiana me habría parecido una ocurrencia genial..., y de verdad que, cuando vi aparecer por la tienda de su madre a Vicente convertido en Vera, estaba convencido de que la peli terminaría así. Era la única forma que tenía Vicente de ver cumplido su deseo de liarse con Cristina, jeje. Pero no..., ni eso…
Por otra parte, la frivolididad desvergonzada con la que, en esta película, Almodóvar trata a sus espectadores se pone de manifiesto en el hecho de que los experimentos de transgénesis encaminados a lograr la piel perfecta que obsesionan al protagonista (hasta ahí la película todavía es interesante) resultan no tener nada que ver, de pronto, y por arte de birlibirloque, con la razón del secuestro y posterior calvario de Vicente, convertido en cobaya de un experimeto de transexualidad... Pero da igual, lo mismo es. Se mezclan churras con merinas que no pasa nada. A los espectadores les va a dar lo mismo. Y además: ¿Qué mueve al doctor Robert? ¿venganza? ¿el trauma de no haber superado la pérdida de su mujer? ¿interés científico? Total, qué más da. Leña (morralla) al mono (espectador), que es de goma (no piensa).
Finalmente, y al margen de que la historia sea ridícula en sí misma, hay continuos detalles que la hacen inverosímil. A modo de ejemplo, me vienen a la memoria los siguientes:
- Parece claro que Vicente no llega a violar a Normita, cosa que, por lo demás, se hubiera visto claramente en un reconocimiento médico. Sin embargo, el psicólogo le dice a Robert que la chica se imagina que fue él quien la violó;
- Cuando Marilia deja entrar en la casa a su hijo brasileño y le da de comer, no pone el menor cuidado en hacer antes lo más elemental, lo que todo espectador está pensado a gritos: ¡apagar los televisores!;
- El final es de traca: sale una mano con pistola de debajo de la cama y, ¡hala!, sin mirar ni nada, apunta y acierta en el corazón de Marilia. ¡Ni Harry el Sucio! ¿O es, tras su operación de transgénesisexualidad, Vera ve también por los dedos?;
- Seis años después, el vestidito que le gustaba a Vicente sigue en la tienda de la madre…, vamos, que en esa tienda no se renueva el género de temporada en temporada ni siquiera de año en año…, ¡la de polvo que tendrá el vestido!;
- y no sigo porque no acabaría nunca.
Si es que ni el tema central de la Banda Sonora es original. Claro, el bueno de Alberto Iglesias pensaría: "¿pero qué compongo yo con semejante material? ¡Pues toma el tema de "Cautiva" y te apañas!"
En fin, un completo despropósito sin pies ni cabeza.
Por otra parte, la frivolididad desvergonzada con la que, en esta película, Almodóvar trata a sus espectadores se pone de manifiesto en el hecho de que los experimentos de transgénesis encaminados a lograr la piel perfecta que obsesionan al protagonista (hasta ahí la película todavía es interesante) resultan no tener nada que ver, de pronto, y por arte de birlibirloque, con la razón del secuestro y posterior calvario de Vicente, convertido en cobaya de un experimeto de transexualidad... Pero da igual, lo mismo es. Se mezclan churras con merinas que no pasa nada. A los espectadores les va a dar lo mismo. Y además: ¿Qué mueve al doctor Robert? ¿venganza? ¿el trauma de no haber superado la pérdida de su mujer? ¿interés científico? Total, qué más da. Leña (morralla) al mono (espectador), que es de goma (no piensa).
Finalmente, y al margen de que la historia sea ridícula en sí misma, hay continuos detalles que la hacen inverosímil. A modo de ejemplo, me vienen a la memoria los siguientes:
- Parece claro que Vicente no llega a violar a Normita, cosa que, por lo demás, se hubiera visto claramente en un reconocimiento médico. Sin embargo, el psicólogo le dice a Robert que la chica se imagina que fue él quien la violó;
- Cuando Marilia deja entrar en la casa a su hijo brasileño y le da de comer, no pone el menor cuidado en hacer antes lo más elemental, lo que todo espectador está pensado a gritos: ¡apagar los televisores!;
- El final es de traca: sale una mano con pistola de debajo de la cama y, ¡hala!, sin mirar ni nada, apunta y acierta en el corazón de Marilia. ¡Ni Harry el Sucio! ¿O es, tras su operación de transgénesisexualidad, Vera ve también por los dedos?;
- Seis años después, el vestidito que le gustaba a Vicente sigue en la tienda de la madre…, vamos, que en esa tienda no se renueva el género de temporada en temporada ni siquiera de año en año…, ¡la de polvo que tendrá el vestido!;
- y no sigo porque no acabaría nunca.
Si es que ni el tema central de la Banda Sonora es original. Claro, el bueno de Alberto Iglesias pensaría: "¿pero qué compongo yo con semejante material? ¡Pues toma el tema de "Cautiva" y te apañas!"
En fin, un completo despropósito sin pies ni cabeza.