Como fan de Luc Besson me he encontrado el tipo de película que esperaba, un chisporroteo de disparatada acción, violencia, y ciencia ficción con menos ciencia que ficción. Pero buena, entretenida de principio a fin, te puedes dejar llevar y pasar un rato inolvidable si le perdonas, como siempre, sus fantásticos desvaríos. El tío sigue siendo una máquina de producir alegres chascarrillos en medio de la acción más bestia, escenas sencillas pero llenas de vida, y además sigue teniendo una enorme capacidad (y bolsillo) para escoger a los actores que van bien con sus ideas.

Morgan Freeman y Scarlett Johansson llenan la pantalla con dos grandes actuaciones, sobre todo esta última, que trasmite de forma clara y directa todas sus emociones y no-emociones. Imposible hacer esta peli sin ellos.

El tema que toca la cinta además está explicado de forma interesante y da mucho que pensar. Hasta salí del cine pensando... (Spoiler)