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Voto de vircenguetorix:
8
6,7
8.295
Aventuras
En la segunda mitad del siglo XI, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, se hizo célebre por sus victoriosas campañas contra los musulmanes durante la reconquista del Reino de Valencia. Acusado injustamente de traición, Rodrigo mata en duelo al padre de Jimena, que lo rechaza y se encierra en un convento. Este es el punto de partida de numerosas peripecias: las intrigas del conde García Ordóñez, el desafío del rey Ramiro de Aragón y ... [+]
19 de marzo de 2007
57 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo haber tenido la suerte de ver “El Cid hace muchos años en el cine, en aquellas sesiones dobles hoy tristemente desaparecidas. Ya entonces me llamó poderosamente la atención su sentido místico y su capacidad para llevarte a otro lugar y otro tiempo muy diferente del tuyo.
Históricamente no puedo defenderla, es en demasiadas ocasiones un disparate, y sus hechos concretos son alejados de la realidad, sin embargo en conjunto sí es mucho más fiel, uno piensa el sabor de boca que deja y curiosamente encontramos como la imagen y estampa de una figura como El Cid sí se logra en la película bastante. Es por tanto el conjunto lo que puede al detalle en esta producción, cosa cada vez menos frecuente, cuando el cine se ha convertido en tres escenas buenas y el resto para olvidar. Eso no pasa aquí, el todo es más perfecto que cada una de las partes.
Sin lugar a dudas tiene dos elementos espléndidos que ayudan a que la película sea buena y son la fantástica banda sonora y música de Miklós Rózsa (“Ben-Hur”, “Rey de Reyes”) que consigue un trabajo sembrado pero sobre todo esos decorados, localizaciones, vestuarios... son absolutamente extraordinarios, sin lugar a dudas una de las mejores direcciones artísticas de los años sesenta que consiguen llevarnos a la época de forma correcta. Huele a medievo en cada plano.
Pero si alguien tiene el mérito de conseguir que esta historia funcione ese es sin lugar a dudas Charlton Heston que está magnífico y que a medida que avanza la película puede observarse como se va creyendo el papel hasta ser El Cid mismo. Sin él, esta película no hubiera sido la misma. Un actor en pleno estado de gracia, en un papel hecho a medida. Sophia Loren no está en cambio tan lúcida, como casi siempre, pero al menos sale guapa que es de lo que se trataba, aunque es una lástima que su historia de amor tenga tanto peso ya que impide más la épica a la acción. Eso sí, la mejor actriz de la película es la francesa Geneviève Page, como Urraca, que además de un atractivo morboso ofrece muchos detalles en sus escenas a tener en cuenta.
Lo que también me fascina es su aire semirreligioso incluso herético: “¿Crees en el Cid como yo en el Profeta?” Pregunta Ben Yussuf. “Sí, creo”, responde Ordóñez. Fantásticamente irreverente.
“El Cid” fue la primera película de la factoría Bronston y en realidad es la mejor, sólo superada en algunas cuestiones por “55 días en Pekín” y muy superior desde luego a “Rey de Reyes”, “La caída del Imperio Romano” o “El fabuloso mundo del circo”.
Históricamente no puedo defenderla, es en demasiadas ocasiones un disparate, y sus hechos concretos son alejados de la realidad, sin embargo en conjunto sí es mucho más fiel, uno piensa el sabor de boca que deja y curiosamente encontramos como la imagen y estampa de una figura como El Cid sí se logra en la película bastante. Es por tanto el conjunto lo que puede al detalle en esta producción, cosa cada vez menos frecuente, cuando el cine se ha convertido en tres escenas buenas y el resto para olvidar. Eso no pasa aquí, el todo es más perfecto que cada una de las partes.
Sin lugar a dudas tiene dos elementos espléndidos que ayudan a que la película sea buena y son la fantástica banda sonora y música de Miklós Rózsa (“Ben-Hur”, “Rey de Reyes”) que consigue un trabajo sembrado pero sobre todo esos decorados, localizaciones, vestuarios... son absolutamente extraordinarios, sin lugar a dudas una de las mejores direcciones artísticas de los años sesenta que consiguen llevarnos a la época de forma correcta. Huele a medievo en cada plano.
Pero si alguien tiene el mérito de conseguir que esta historia funcione ese es sin lugar a dudas Charlton Heston que está magnífico y que a medida que avanza la película puede observarse como se va creyendo el papel hasta ser El Cid mismo. Sin él, esta película no hubiera sido la misma. Un actor en pleno estado de gracia, en un papel hecho a medida. Sophia Loren no está en cambio tan lúcida, como casi siempre, pero al menos sale guapa que es de lo que se trataba, aunque es una lástima que su historia de amor tenga tanto peso ya que impide más la épica a la acción. Eso sí, la mejor actriz de la película es la francesa Geneviève Page, como Urraca, que además de un atractivo morboso ofrece muchos detalles en sus escenas a tener en cuenta.
Lo que también me fascina es su aire semirreligioso incluso herético: “¿Crees en el Cid como yo en el Profeta?” Pregunta Ben Yussuf. “Sí, creo”, responde Ordóñez. Fantásticamente irreverente.
“El Cid” fue la primera película de la factoría Bronston y en realidad es la mejor, sólo superada en algunas cuestiones por “55 días en Pekín” y muy superior desde luego a “Rey de Reyes”, “La caída del Imperio Romano” o “El fabuloso mundo del circo”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Quisiera retomar de nuevo el tema de las imprecisiones históricas. Sinceramente pienso que a una mayoría de espectadores no es eso lo que realmente les importa. Más bien molesta el hecho de que aparezca un héroe castellano defendiendo España y mucho más en los tiempos que corren. Hablar de España en el siglo XI no es más disparatado que hablar de la nación catalana o de Eukal Herria en nuestros días. Si quieren verdadera ciencia-ficción lean a Sabino Arana, que incluye además unas gotitas de terror. “El Cid” de Anthony Mann recuerda y recordará que siempre habrá hombres que tenderán hacia lo centrípeto y no hacia lo centrífugo. Así es y así será siempre.
Nota: 7,8
Nota: 7,8