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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
6
Drama Año 1951. Después de un accidentado pasado, Norman Dale es contratado para entrenar a un equipo de baloncesto de Indiana. A pesar del rechazo que sufre por parte de jugadores y vecinos, Dale, que es un hombre lleno de energía y de una pasión inquebrantable por el juego, no se rinde. Pero ganarse al equipo es sólo la mitad de la batalla en un mundo en el que los equipos débiles pueden acabar jugando contra rivales de primera, pero un ... [+]
2 de octubre de 2008
20 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que hemos jugado al baloncesto muchos años, siempre hemos echado de menos una gran película sobre el tema. Y hay unas cuantas pero ninguna destaca en sobremanera.

Para muchos la mejor es “Hoosiers: más que ídolos”, y aunque tal vez tengan razón, no deja de ser una historia muy americana en el peor sentido del término. Blanda y demasiado moralizante.

Debo comenzar diciendo que en Indiana se respira baloncesto en cada rincón del estado. Allí fue donde se desarrolló dicho deporte, aunque naciera en Massachusetts. Siempre han tenido equipos destacados en todas y cada una de las diferentes competiciones a escala nacional, desde las juveniles pasando por las universitarias (después del mítico UCLA, Indiana siempre tuvo el mejor equipo de baloncesto) hasta los profesionales de la NBA, con ese mítico Indiana Pacers. Son muchos los hoosiers, -apodo con el que se conoce a los lugareños de Indiana- que se han dedicado al baloncesto, entre ellos Larry Bird, Oscar Robertson, Shawn Kemp o el hijo adoptivo Reggie Miller. Vamos que saben de lo que va el asunto.

Era normal que la película tuviera esa circunscripción territorial. Lo que ya no es tan lógico es el desarrollo. Cambiar la mayor parte de la historia verídica para hacerla más atractiva y provocar la admiración no me vale en absoluto. Ganar no tiene más mérito porque se sea más David en vez de Goliat, ganar, es una consecuencia de ser mejor. Y aquel equipo no era ni tan pequeño, ni eran tan pocos ni tampoco ganaron los partidos tan apretados. Pero ya se sabe que esto es cine y como dicen en el periodismo no dejes que la verdad te estropee una buena historia.

La actuación de Gene Hackman, genial, obviamente, aunque su personaje no deja de ser controvertido. En realidad qué cuotas de libertad creativa deja a sus jugadores. Pocas, parece más bien Alexander Gomelsky y sus chicos de la Unión Soviética.

De la dirección se encarga David Anspaugh, uno de esos especialistas en películas deportivas, que las utiliza como modelo de superación personal más que como análisis sociológico como hizo Oliver Stone en su fabulosa “Un domingo cualquiera”

¿Para cuando una película de baloncesto del nivel de otras como existen en el boxeo, el béisbol o el fútbol americano? Seguimos esperando.
vircenguetorix
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