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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
7
Drama Willie Stark (Broderick Crawford), un hombre honrado y valiente, sufre una transformación el día que decide entrar en política y descubre que todo es juego sucio. Tras ser elegido gobernador, olvidando sus principios, lo primero que hace es apoderarse de la prensa y la radio. Convertido en un ser corrupto hará cuanto esté en su mano para permanecer en el poder. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2009
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mayores sorpresas de los Oscar en su etapa clásica fue la victoria de “El político” en 1950. Que una película pequeña, de bajo presupuesto, sin grandes estrellas y con un director no consagrado ganase los premios más importantes parecía inexplicable. Pero no era tanto.

La sombra de “Ciudadano Kane” seguía planeando todavía en Hollywood y se buscaba una película de ese tipo. Esta lo es sin lugar a dudas. Pero todavía más importante era que en la época el socialismo gozaba en la Academia y en los estudios de una gran presencia. Robert Rossen, un hombre profundamente de izquierdas, recibió el premio de toda una corriente de opinión.

Con “El político” -aunque yo prefiero llamarla “Todos los hombres del rey”-, se alcanza el punto máximo de dichas ideas en el cine de EE.UU. a partir de aquí el Comité de Actividades Antiamericanas tomará cartas en el asunto.

Rossen fue llamado a declarar y aunque se negó en un principio, después de estar dos años sin trabajar, decidió cantar más que Pavarotti. La delación le supuso el exilio, al recibir el rechazo de los compañeros, teniendo que casi subsistir en Europa haciendo películas menospreciadas como “Alejandro el Grande”, la cual yo reivindico ya que encontramos algunos de los mejores diálogos de Rossen de toda su carrera.

“El político” también fue prohibida en España durante muchos años, dicen que por mandato del mismo Franco que la vio en un pase privado en el Pardo. En cualquier caso, me parece una buena película, pero no extraordinaria. Muchos españoles verán ciertas semejanzas entre el personaje de Willi Stark y el estilo que tenía Jesús Gil de hacer política. Lo que es indudable es que Broderick Crawford hace el papel de su vida.

Maravillosas elipsis, diálogos brillantes y mucha crítica, para una película de esas que dan para un debate amplio después de la proyección por el tema que aborda.

Nota: 7,1.
vircenguetorix
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