Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
5
Drama Andrew Beckett, un joven y prometedor abogado de Philadelphia, es despedido del prestigioso bufete en el que trabaja cuando sus jefes se enteran de que ha contraído el sida. Decide entonces demandar a la empresa por despido improcedente, pero en un principio ningún abogado acepta defender su caso. (FILMAFFINITY)
18 de enero de 2008
40 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra película apologética. Y como siempre los dos elementos claves para este tipo de doctrina. Presentar a los que se quieren ensalzar como tipos normales, buena gente y además excelentes en su trabajo y por el contrario ensuciar a los que atacan a los anteriores, presentando tipos viles sin ninguna ética.

Para ello, lo mejor presentar a una grupo de empresarios -esto es muy importante porque ¿a quien le caen bien los superricos y las corporaciones?- que además van de cristianos, lamentable que el villano cite la Biblia en el juicio para que el espectador haga asociacionismo de ideas.

Y es que a principios de los años 90 lo del SIDA empezaba ya a estar mejor visto, cantidad de famosos se pillaban el virus y parecía que había que pedirles perdón por ello. El mensaje era claro, cualquiera puede cogerlo. En la película se tiene la desvergüenza de comparar a una mujer contagiada por transfusión con Tom Hanks.

Quince años después resulta que aquello no era cierto, que no todo el mundo se contagia porque sí, que las amas de casa y señores de pueblo no tienen el SIDA, y que los maricas, puteros, drogatas... lo tienen algo más. Pues claro.

La sociedad podrá invertir los valores, podrá hacer marketing de los defectos hasta parecer convertirlos en virtudes, podrá escribir las historias más bellas de amor de cuarenta transexuales para que todos nos cortemos el pito o incluso harás leyes al respecto para crear moral público como pasa en la actualidad. Y más. Pero todo será una ilusión, nada más que eso, porque guste o no, los pueblos ociosos, hedonistas y capullos son al final barridos de la historia.

Ojalá todos los homosexuales escuchasen ópera y supiesen hablarme de Derecho Constitucional, pero la realidad es que muchos están en Camboya abusando de niños de 8 años. ¿Qué no es políticamente correcto decirlo? Por eso lo digo yo. Caiga quien caiga.

Por cierto, Hanks magistral.
vircenguetorix
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow