Cuando Oliver Stone abandonó el recinto de la entrega de los premios Oscar el 27 de marzo de 1990, se fue con un sabor agridulce. Es cierto que había ganado de nuevo el premio a mejor director –uno de los más valorados- pero su película “Nacido el 4 de Julio” había sido sin lugar a dudas la gran derrotada de aquella ceremonia en la que partía al principio de la noche como la gran favorita, mucho más teniendo en cuenta que unas semanas antes había barrido en la antesala que suponen los Globos de Oro. “Paseando a Miss Daisy” le había derrotado claramente, e incluso “Tiempos de gloria” alcanzó más premios totales que la obra de Stone.

¿Derrota merecida? Quién sabe, para gustos se hicieron los colores, lo que sí que creo es que esta película no es tan magnífica como se vendió en su momento, pero tampoco merece estar tan olvidada como lo está últimamente. Unos años después Zemeckis, conseguiría lo que no logró Stone, imponerse en los Oscar con una película que seguía su estela, aunque mucho más facilona y digerible como “Forrest Gump”, pero eso sí con una historia de amor mucho más convincente y potente.

“Nacido el 4 de Julio” es un producto de gran factura, que merece un hueco en la historia moderna del cine, y que haríamos un flaco favor al menospreciarla, pero que no es para todos los estómagos, ya que lo que nos cuenta nos es siempre agradable.

Nos encontramos con una historia, la de Ron Kovic, que es dura y que no puede hacer que nadie permanezca indiferente ante lo que ve. Sin embargo la transformación de Kovic creo que es demasiado abrupta, se utilizan demasiadas elipsis que no ayudan a comprenderla del todo. En realidad, y si hacemos un análisis serio vemos que la principal causa de su descontento y la gota que colma el vaso, es sobre todo por sus carencias sexuales, y no de índole social o política. Si Kovic hubiese podido copular con total normalidad es muy probable que su comportamiento hubiera sido en parte distinto.


La actuación de Cruise es buena, pero disiento en que es la mejor de su carrera. Puede que hasta ese momento fuera su papel de mayor lustre y complicación, pero no cabe duda que es un trabajo al que le ayuda toda la carga emotiva de vestuario, maquillaje y situación en la que se encuentra. Ya se sabe que la gente en general tiene una fuerte inclinación por aquellos papeles donde uno haga de enfermo o de tonto. Creo que el Tom Cruise de “Minority Report o de “Eyes Wide Shut” ofrece registros de gran nivel sin necesidad de mayores alharacas. Cada uno que se quede con el que quiera.

Por cierto, papelón de Tom Berenguer, que en los escasos cuatro minutos que interviene nos ofrece todo un mundo de posibilidades de como es un verdadero marine norteamericano.