El "felipismo" tuvo para la cultura y más concretamente para el cine español una época de oro. Se entiende que para los amigos del régimen claro está. Subvenciones, amiguismos, ayudas directas y publicidad gratuita para un montón de parásitos que se unieron para vivir del cuento durante aquellos años.
“Dragon Rapide” es una de esas películas que teniendo una factura más acabada y con pretensiones más intelectuales de la media demuestra que es ante todo una cinta sectaria.

Jaime (me imagino que ahora se llamará Jaume para vivir del cuento en Cataluña) Camino, un director de esos que se ha pasado toda su vida pillando subvención de todos y cada uno de los gobiernos de turno (incluido el de Franco) nos regala el pensamiento políticamente correcto de la época.

Y es que la película está llena de disparates. Los militares acusan a la República de desórdenes y desmanes pero sin embargo no vemos nada de ello en la película. Nada. Es decir tienen esquizofrenia galopante. Y cuando aparece Cataluña no es para ver una iglesia quemada o un cura ametrallado es para ver una orquesta filarmónica tocando el himno a la Alegría. Sí, en ocasiones "Air Force One" es menos chauvinista.
Hablar de que existía un fascismo tan explícito en 1936 es como decir que el Partido Comunista era importante en aquel entonces (Falange no tenía ni representación parlamentaria). Lamentable.
Cuando se nos presenta el asesinato de Calvo Sotelo no lo vemos sino que hay una elipsis, mientras que con el ínfimo actor Micky Molina lo presenciamos para condicionar al espectador. Además en la escena anterior se nos presenta un Calvo Sotelo como un asesino y un fascista y planea decenas de crímenes.
Los militares golpistas aparecen como una mezcla de Lex Luthor (Mola) y Chiquito de la calzada (Franco), malos y tontos.

Ken Loach también adultera la guerra civil española ("Tierra y Libertad"), vale, pero todos sabemos del palo que va, y es al fin y al cabo una película de sindicato. Pero mucho más grave es que bajo una película de aspecto más serio e intentando ser academicista y documentalista se nos presente esta gran mentira que es "Dragon Rapide".

Lo mejor sin lugar a dudas son (algunas) interpretaciones, como la del propio Juan Diego.
Y una ambientación y decoración muy lograda, cosa que cada vez se cuida menos en el cine español.
Aún así es una pena que en España no tengamos más thrillers políticos