Creo que lo que más me termina gustando de esta película es la base argumental en la que está construida. Tengo la impresión de que el libro, del mismo título, escrito por Jonathan Ames, puede ser una aventura psicológica y contemporánea importante para leer y explorar. Es bueno cuando esto ocurre, que el filme nos lleve a querer leer el libro y con ello complementemos algunos asuntos que quedan, por obvias razones, desajustados en la duración de las películas.
Después de ver The Extra Man voy a conseguir el libro para leer qué es lo que realmente pasaba por la cabeza de estos personajes tan "extraordinarios" que están impecablemente representados sobre todo por la pareja Kline-Dano.
La película resulta muy divertida en la primera mitad, luego comienza a decaer y solo la salva el descubrimiento que tiene Louis Ives (Dano) al final. Este desbalance se siente más como una precipitación hacia lo que era el corte de cronómetro de la producción que como un cierre que permita continuar la diversión tendida en los primeros cuarenta minutos.