Cayo Largo es una película en la que se plantea una situación límite protagonizada por Bogart y E. G. Robinson, que posee una atmósfera tensa, maravillosamente tensa.
El triunfo de la palabra y la razón sobre la superficialidad y la violencia es lo que se dirime por estos colosos de la actuación ( Edward G. Robinson es un actor excepcional, colosal ).
La película se desarrolla como si de una partida de ajedrez se tratase, de manera teatral y concisa.
El choque entre los dos personajes principales da como resultado una joya del cine negro que forma parte del currículum de John Huston ( compuesto por algunas obras maestras y abundantes excelentes películas ), autor inexplicablemente maltratado por un sector de la crítica, esencialmente por el buen director pero intransigente y radical crítico Truffaut y sus seguidores.