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Voto de Manospondylus:
4
7,8
75.623
Serie de TV. Animación. Ciencia ficción. Acción. Aventuras. Fantástico Serie de TV (1989-1996). 16 temporadas. 291 episodios. La historia de Dragon Ball Z se divide en cuatro ramas centrales, repartidas en un total de 291 episodios. La primera abarca desde que Son Gohan, hijo de Goku, es raptado por el saiyan Radish. La etapa de Freezer lleva a Goku, Krillin, Vegeta y Bulma al planeta Namek. Después viene la Saga de los Androides, que da comienzo cuando tres androides (C-16, C-17, C-18) comienzan a ... [+]
8 de junio de 2016
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí una serie casi intocable. No cabe duda de que es uno de los manga y anime más influyentes de la historia y ciertamente tuvo un éxito arrollador: años después de su finalización aún cuenta con una descomunal legión de seguidores. Pero hay un detalle significativo en ello y es el hecho de que la inmensa mayoría lo son desde su infancia.

Aunque parezca increíble, algunos no vimos Dragon Ball/Dragon Ball Z cuando, en los noventa, fue todo un fenómeno (y, sí, tuvimos infancia y crecimos con normalidad). Años después, ya en el presente siglo y pasada la niñez, nos decidimos a ver esta, para muchos, "mejor serie anime de la historia" y la decepción fue generalmente superlativa.

La trama sigue el esquema característico del shōnen en el que un grupo de personajes se enfrenta a una serie de villanos progresivamente más poderosos. El problema en Dragon Ball es que dada su duración, los niveles de poder se disparan hasta el absurdo y la sucesión de combates y entrenamientos se vuelve repetitiva y aburrida. Para colmo, la posibilidad de traer de vuelta a la vida a cualquier personaje le quita cualquier tensión y le resta emotividad.

Eso es Dragon Ball, un compendio de las virtudes y defectos del shōnen, y una serie que ha inspirado a otros muchos autores. Hay compañerismo, amistad y rivalidad; también peleas y más peleas sustentadas por tramas cada vez más endebles y plagadas de incoherencias. Trabajo, esfuerzo y mucha musculatura hipertrofiada (todo un canto a la vigorexia). Infinitas formas y transformaciones para cada personaje (algunas muy poco inspiradas), y situaciones calcadas que se repiten una y otra vez. Y es que siempre, sin importar la fuerza de los protagonistas, aparece alguien aún más fuerte.

Los combates tan recordados son uno de los atractivos del anime, pero también pueden verse como un defecto pues llega un punto en el que se vuelve sólo una sucesión de peleas, estiradas y reiterativas. Las luchas contra los típicos villanos que amenazan al mundo o en torneos que se celebran simplemente para ver quién la tiene más grande (la fuerza).

La trama adapta la del manga de Akira Toriyama, a partir del tomo 27. Relleno aparte, hay cuatro sagas principales: la de los Saiyajin, en la que descubrimos el origen de Gokū mientras se ve obligado a defender la Tierra de los de su especie (idea sospechosamente similar a algunas andanzas de Superman, y también en este caso parece que se habla el mismo idioma en todo el universo); la de Freezer, en la que viajamos al planeta Namek y es la más apreciada por los fans; la de los Androides y Cell, con una interesante historia con distintas líneas temporales; y la absolutamente innecesaria saga de Boo que ocupa casi media serie (baste decir que los antagonistas reciben nombres como Bibidi, Babidi y Boo). Por supuesto no falta el relleno, también es esto Dragon Ball creó escuela (eliminado en la reedición de 2009, Dragon Ball Kai), pero es aún peor el hecho de que la misma trama del manga está tan estirada como es posible (nada menos que 291 episodios para 15 tankōbon). Así, hay episodios en los que no pasa nada. Desde luego, quien soporte a Gokū corriendo el millón de kilómetros del Camino de la Serpiente tiene una paciencia infinita.

Los personajes tan recordados tampoco son especialmente atractivos. El protagonista, Gokū, es un buenazo realmente estúpido salvo por momentos de lucidez que sobrevienen cuando son necesarios. Su eterno rival Vegeta, un compendio de arrogancia y egoísmo, es de los favoritos de todo el mundo pese a que es tan jodidamente imbécil que ayuda a Cell a completarse. Luego están los hijos de Gokū, Gohan, que desafortunadamente pierde toda la importancia después de la saga de Cell, y Goten, que es un segundo Gokū sin más; y el hijo de Vegeta, Trunks, uno de los personajes más interesantes de todo este anime al menos hasta la conclusión de la saga de Cell (es decir, en su versión adulta). También encontramos a un digno secundario: Piccolo (otro personaje medianamente interesante que podría haber dado para más). Por otro lado, Muten Rōshi queda reducido a un viejo salido cualquiera, y Krilin anda por ahí sin hacer gran cosa (morir y revivir repetidas veces). Yamcha y demás están de relleno, mientras que el carismático Mr. Satán es un mero alivio cómico (papel que realiza estupendamente, dicho sea). Por otra parte, apenas hay personajes femeninos y todos quedan relegados a un papel muy secundario: Chi-Chi, estereotipo de madre gruñona que es ignorada (a menudo durante años) por Gokū; Bulma, que cada vez pinta menos; y un par más que, si bien cuando son introducidas gozan de cierta independencia, pronto se convierten en simples consortes sin importancia alguna (Videl y A-18).

El soundtrak no llega a sobresalir salvo por contados momentos. Tampoco destacan ninguno de sus openings ni endings salvo por una honrosa excepción: el famoso "Cha-La Head-Cha-La", que, si bien no es tan bueno como defienden los nostálgicos que se obstinan en encumbrarlo sobre todos los openings de la historia (lo cierto es que hay decenas mejores en otras series), sí es de los más reconocibles y encaja perfectamente en este anime.

En cuanto al doblaje español, sí, es un maldito desastre. Cambios de voces constantes, traducciones nefastas y nombres inexplicablemente alterados respecto al original. Y en su paso por las cadenas de televisión también fue víctima de la censura (como viene siendo habitual, los ignorantes de los medios de comunicación, pese a su supuesta defensa de la propiedad intelectual, se dedican a alterar y mutilar el trabajo de otros). Es cierto que parte de la culpa la tienen quienes importaron y adaptaron la serie para Francia, de cuya versión procede la española, pero también es cierto que en España no se hizo nada por remediarlo ni se intentaron corregir los disparates en la traducción (cambiarle el nombre a Kaiōshin por Dios Neptuno, o Deu Neptú en catalán, es de los gordos).

(Continúa sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manospondylus
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